Panamá: donde los corruptos hacen fiesta y los ciudadanos se preocupan por Polo Polo
El 2019 decidí iniciarlo con un artículo donde buscaba educar a la población sobre los tradicionales estilos de hacer política en Panamá y cómo hacer para detectarlo y enfrentarlo, sin embargo a ningún panameño parece llamarle la atención el tema y están más enfocados en otros asuntos que poco tienen que ver con el futuro del país.
El presidente Juan Carlos Varela el pasado 2 de enero en su discurso a la Nación, señaló que haría las consultas pertinentes al Tribunal Electoral para incluir una papeleta adicional el día de las elecciones generales del 5 de mayo; donde se preguntará a los panameños si quieren o no una nueva constitución.
La Asamblea Nacional está metida en grandes escándalos de corrupción, no discuten la designación de los nuevos magistrados, los candidatos por la libre postulación están matándose por las firmas y hay denuncias de irregularidades, el país aún no conoce a los verdaderos responsables por la corrupción de Odebrecht y la justicia sigue en crisis. Todo esto pasa en Panamá, pero a los ciudadanos estos asuntos parecen no interesarle y se enfocan en chismes de barrio y peleas de patio limoso.
El ejemplo más reciente es el efecto Polo Polo. La noticia de que iba a ser papá nuevamente se esparció como pólvora en redes sociales. Los ciudadanos opinaban: algunos emocionados y otros molestos. En cuestión de minutos el nombre de este personaje de la llamada farándula panameña se convirtió en tendencia.
La vida de este individuo parece ser más importante para algunos panameños, que el futuro del lugar donde viven. Algo lamentable para quienes somos testigos de como los corruptos hacen fiesta con nuestros impuestos. Pero, excelente para quienes gobiernan, porque saben que pueden hacer lo que les da la gana y los panameños estamos más preocupados en otros temas de ninguna importancia para el desarrollo nacional.
Si tuviera que buscar responsables para este desastre nacional, creo que me enfocaría en nuestro moribundo sistema educativo, que en los últimos años se ha dedicado a ser cada vez peor, destruyendo el pensamiento crítico en los niños y jóvenes panameños.
Los gobernantes de nuestros tiempos democráticos (1989 – hasta la actualidad) se han preocupado en hacer grandes obras estructurales y alimentar la desigualdad social y económica, pero ninguno se ha sentado a desarrollar un proyecto nacional de educación. La razón: les conviene este escenario nefasto y sin futuro.
Para los que controlan el poder es importante que sigan existiendo más Polo Polo y “Teta pa’ los manes” que distraigan a muchos panameños de los verdaderos problemas nacionales para de esta forma ellos seguir controlando y destruyendo Panamá.