El peregrino misterioso que nunca ha faltado a una JMJ y desde hace tiempo llegó a Panamá
La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) es un evento de trascendencia internacional que ha puesto a Panamá en la mira de todo el mundo. Una actividad que bien puede ser definida como el mundial de fútbol de la Iglesia católica.
Jóvenes creyentes de diferentes latitudes se han dado cita en Panamá para compartir, aprender de nuevas culturas, crecer espiritualmente y escuchar el mensaje que les traiga el carismático papa Francisco.
Estos chicos que vienen de todos los rincones del planeta son llamados peregrinos, pero hay un individuo que nunca ha faltado a una JMJ, desde que fueron instauradas por el papa San Juan Pablo II.
El periplo de este peregrino al que he decidido llamar misterioso, pero seguramente todo el mundo lo conoce; inició desde hace mucho tiempo en Panamá. Su nombre es Jesús.
A este peregrino no le gusta figurar, pero está claro que todo este lío de la JMJ es por su culpa. No quiere tarimas millonarias, ni recibimientos de Estado, prefiere estar entre la multitud, que con las autoridades de la iglesia y el gobierno.
Jesús está con los jóvenes, porque hay terreno fértil para su mensaje renovador. Más humanidad, menos consumismo, misericordia, paz, aceptarse uno a los otros sin etiquetas y estereotipos es lo que quiere el “Maestro Peregrino” y muchos de estos jóvenes que están en Panamá seguramente es lo que anhelan.
Jesús, que fue perseguido y crucificado por pensar diferente, sabe que la desigualdad económica, los grandes intereses y la política perversa están destruyendo la humanidad.
Cada vez son más los jóvenes que sufren desde la infancia del cáncer de la corrupción en los gobiernos y que los privan de tener una educación de calidad y accesos a sistemas de salud dignos.
En el istmo centroamericano llegarán personas que sufren a causa de la barbarie de los gobiernos de Nicaragua y Venezuela. Estas mentes jóvenes y ansiosas de cambios están perdiendo la vida, porque persiguen un ideal: libertad.
Jesús no tiene miedo de acompañar a esa juventud a que denuncie la falta de oportunidades en un mundo cada vez más egoísta; donde el que más poder económico tiene, oprime al que no tiene nada.
Destruyen el medio ambiente, promueven la migración y surgen los nacionalistas llenos de odio que rechazan a aquellas personas que abandonan su terruño, porque ya no hay esperanza y deciden jugarse la vida para encontrarla.
“El Maestro” sabe que en Panamá hay una clase política que lleva muchos años haciéndole daño al pueblo y que seguramente estarán presentes en la JMJ. No estarán para escuchar lo que tenga que decir Francisco y cambiar, sino para figurar y ser más hipócritas.
El también llamado “Hijo de Dios” no quiere más discriminación. Sabe que en Latinoamérica muchos jóvenes sufren porque simplemente quieren ser diferentes y defienden ideales contrarios a los creados por un grupo de hombres (muchos son líderes religiosos) que quieren imponer a sangre y espada su modo de pensar.
Jesús de Nazareth, está acompañando a esos peregrinos en su caminar, porque quiere que la humanidad cambie su forma de pensar y actuar. Los peligros del narcotráfico que bajo la filosofía de dinero fácil acaba tantas vidas cada año es otro tema que tiene preocupado al “Maestro”.
Sufre, porque algunos jóvenes no se convierten en peregrinos, debido a la actuación de un grupo de pastores que dañan los principios morales que deben regir en la Iglesia y prefieren atentar contra niños inocentes.
Jesús está muy presente en la Jornada Mundial de la Juventud y aunque sea un misterio su presencia, su mensaje se hará sentir en la juventud. Ojalá sirva para que estos chicos en sus países no escojan a más Donald Trump, Jair Bolsonaro, o cualquier otro individuo con ideas perversas contra la humanidad.