¿Los médicos panameños tienen vocación?
Este 21 de mayo se celebra el día del médico en Panamá y considero oportuno el momento para reflexionar sobre esta profesión que está cargada de muchísimos sacrificios.
Empezando desde la formación académica. Estudiar medicina, sobre todo en la estatal Universidad de Panamá es bastante difícil, debido a las exigencias que se plantean, desde la admisión hasta completar el plan de estudios.
Luego de llorar durante varios años en el muro de los lamentos, que hay en la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, llega el momento de decidir si deseas mantenerte como médico general o si vas en busca de una especialidad.
Ser médico especialista, aumenta aún más el sacrificio. Una vez concluidos todos esos años de estudio; estas preparado para empezar a ejercer y es en este punto; donde me detengo y cuestiono: ¿Realmente ese sacrificio fue para ayudar a las demás personas y con mucha vocación? Cada médico deberá responderse esta pregunta, pero algunos ejemplos de los cuales he sido testigo, ponen en duda esa vocación e interés de servicio de algunos especialistas de la medicina en Panamá.
Empiezo por algunas historias de terror de médicos que han protagonizado escenas macabras en las salas de parto de hospitales públicos del país. Madres que han denunciado la pérdida de su hijo, debido a una supuesta negligencia.
El momento del parto, cuando una mujer necesita de todo el apoyo, se transforma en una pesadilla; debido a que médicos y enfermeras que actúan de mala manera hacen sufrir a las madres en este momento de luz, que se vuelve oscuridad. Me pregunto: ¿dónde está su vocación?
Vamos ahora a la Caja de Seguro Social (CSS). Me ha tocado acompañar a familiares que vienen desde el interior del país. La cita con este especialista se las dan para las 7:00 am, sin embargo el médico llega a las 11:00 am.
Esta situación es una total irresponsabilidad y empeora cuando se niegan a marcar entrada y salida en su trabajo. La gran mayoría de los panameños lo hacen. Lo más triste es que esta perversidad con el paciente que viene de lejos, es amparada por un gremio que no le conozco ninguna contribución al desarrollo nacional en los últimos años. Y mucho menos he escuchado lo contrario a quejarse, cuando de mejoras a la seguridad social del país se refiere. Me pregunto: ¿dónde está su vocación?
Pero ocurre un fenómeno súper interesante que solo el capitalismo nos ofrece. Si eres paciente de ese mismo doctor en una clínica privada; donde le pagas 50 o hasta 70 dólares por consulta, la atención cambia. Llega temprano, se preocupa más por tu salud y hasta te obsequia medicamentos.
Me voy ahora al interior del país, donde la situación es peor. Probablemente no es culpa al cien por ciento de los médicos, pero en los hospitales públicos que están en las cabeceras de provincia no hay especialistas y según me han contado familiares y amigos; la atención es bastante deficiente.
Cito el ejemplo de un centro de salud en la provincia de Coclé; donde el horario de atención al público es de 7:00 am – 3:00 pm; pero si usted llega después del mediodía no hay médico disponible.
En nuestra campiña interiorana está prohibido enfermarse después del mediodía, los fines de semana y días feriados. Hacerlo es sinónimo de sufrimiento por la enfermedad que se padece y por la falta de atención. Me pregunto: ¿dónde está su vocación?
Algunos se oponen ferozmente a la ley que castigue la mala praxis médica. ¿Por qué lo hacen? Si yo hago bien mi trabajo, no tendría que tenerle miedo a un iniciativa legal que busca sancionar a quienes no cumplen con sus obligaciones a cabalidad y con vocación.
La ley está estancada en la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional y no pasa del primer debate.
Felicito y reconozco que hay especialistas de la medicina que no entran dentro de los ejemplos que menciono en este escrito. A esos médicos que cumplen con el juramento hipocrático, mis respetos. A quienes no, los invito a mejorar, para que tengamos un mejor país y la gente se sienta feliz con el servicio que le prestan.
El gobierno entrante tiene la responsabilidad histórica de trabajar en beneficio de la salud de los todos los panameños. No se trata solamente de una medicina curativa, sino también preventiva en todos los aspectos de la persona humana. Desde lo mental, hasta lo físico.
Este gremio del cual no tengo muy buenas referencias; los invito a trabajar por el desarrollo de la gente.
El sacrificio que les reconozco hacen desde que empiezan a estudiar la carrera; no lo dañen siendo malos profesionales. Trabajen duro en engrandecerlo.