El efecto blockbuster en el periodismo panameño
Este 13 de noviembre, los periodistas panameños hacen un alto en su funciones para reflexionar sobre su profesión y celebrar; sin embargo también es importante mirar con luces largas el futuro del periodismo en un mundo cada vez más controlado por la vorágine digital.
El universo de los unos y ceros llegó para controlarlo todo y con el señor Google de aliado, muchas actividades han tenido que reinventarse para no desaparecer. Además han surgido nuevos oficios y muchos males que atentan contra el periodismo. Estos enemigos son los “fake news”, la legión a la cual le temía Umberto Eco y la negativa necia de contar historias pensando en digital.
Soy de esa generación que creció informándose con el periódico, la radio y la televisión. Fui de aquellos que debía esperar hasta el noticiero estelar de las 6:00 pm o comprar el periódico al día siguiente para informarme.
Fui testigo de la bonanza en los medios impresos. Los canillitas, los puntos fijos, la circulación, las suscripciones, periódicos y suplementos cargados de publicidad eran la tónica del momento.
Las televisoras facturaban millones y cada programa enlatado era la novedad en las pantallas panameñas.
El poder de la TV era tan grande, que recuerdo cuando un día se estrenaba en las pantallas de un medio local la película "Los Beverly Ricos" y un daño eléctrico dejo sin energía a medio poblado. Todos los vecinos nos organizamos para llamar a la estación televisiva y pedir que se repitiera la película. Pero repentinamente eso cambió.
Los hábitos de consumo de los panameños, respecto a los medios de comunicación tradicionales, se han transformado.
Ya no hay que esperar hasta el día siguiente o al noticiero estelar para informarse, pues las redes sociales y los sitios web dan la información de inmediato. Claro, hay mucho peligro en esto.
Hay una legión, que bien define Umberto Eco, que gracias a las redes sociales tienen voz, se la creen periodistas, expertos, analistas y lo que mejor saben hacer es crear confusión y vender mentiras.
El periodismo moderno debe estar alerta para no caer en esas telarañas y desenmascarar los contenidos perversos que atentan contra la verdad y la objetividad: dos principios básicos del periodismo; que ninguna tecnología podrá cambiar.
Blockbuster era una empresa que se dedicaba al alquiler de películas, pero no se ajustó a los cambios que trajo el poderoso Netflix; el cual terminó absorbiendo y acabando con este modelo de negocio.
Esta realidad la defino como "el efecto blockbuster". Este efecto es aplicable a muchos otros modelos de negocios que no se han reiventado, sino veamos a los taxistas que están siendo golpeados por Uber en todo el mundo.
El periodismo panameño no escapa al "efecto blockbuster".
Los profesionales que vivimos de esta sagrada labor debemos reinventarnos cada día. Hacer digital no es sacar una noticia en el periódico o la TV, luego subirla tal cual a la página web y finalmente postearla en redes sociales. Es mucho más que eso.
Hay que hacer sinergia de contenidos, hay que pensar en transmedia. Si diseñas un contenido para TV, prepara otro más interactivo para redes o web. Algo que el usuario sienta que es diferente para vivir la experiencia.
Las universidades deben enfocarse en preparar mejor a los futuros comunicadores en cuanto a creación de narrativas transmedia.
La TV, la radio y la prensa escrita no desaparecerán, si quienes creamos contenidos pensamos en lo tradicional y lo moderno. Lo unimos de manera efectiva para de esta manera combatir el efecto blockbuster.