Peregrinos alaban el cariño y la organización de los panameños, 'a pesar de ser un país pequeño'

Miles de peregrinos han llegado de más de 160 países del planeta hasta esta pequeña nación, que se convierte poco a poco, mientras transcurren los días en la capital de la juventud.

Muchos de ellos han viajado largas horas en avión, recorrido diversos caminos por vía terrestre y pasado días navegando para llegar a Panamá.

Tan pronto han pisado la tierra panameña, los jóvenes han dicho que no esperaban que el recibimiento que les han dado los panameños fuera tan afectuoso.

Algunos han estado en las últimas Jornadas de la Juventud (JMJ) en Río de Janeiro y Cracovia, Polonia y reconocen que la acogida fue cálida, pero no se compara al cariño y la cercanía del pueblo panameño.

Y es que la imagen se repite en todas las provincias del país, donde los peregrinos participan de la prejornada o Días de las Diócesis.

En los hogares de acogida comparten como familias y no faltan en las mesas los diferentes platos típicos.

Se han vestido con los trajes nacionales, bailado al ritmo del tamborito y de la murga, presidido caravanas y han inspirado el sonar de las campanas de los templos católicos, incluida la emblemática basílica de Atalaya en la provincia de Veraguas, donde el repicar dio la bienvenida a los peregrinos de la India.

No importan las barreras del idioma, pues todos han encontrado la forma de comunicarse con las familias que los han hospedado.

Sebastián Pinilla es un peregrino que viene de la parroquia Madre de las Misiones, de Bogotá, Colombia para fortalecer su fe y resolver dudas que trae y tratar de vivir la experiencia al máximo.

Lo primero que dijo fue que en Panamá la gente es muy amable.

Espera llevarse el trato de los panameños y el aprendizaje de que, "a pesar de que el país es muy pequeño se ha esmerado por hacer una gran organización".