Los lienzos de Van Gogh inundan la gran pantalla con 'Loving Vincent'

Es la primera película animada totalmente pintada al óleo.

Loving Vincent
Los personajes de "Loving Vincent", todos inspirados en los retratos del pintor Vincent Van Gogh.

Una carta es el hilo conductor de la trama de esta original película. Se trata de un drama biográfico animado sobre la vida del pintor Vincent Van Gogh, pero de manera particular sobre las circunstancias de su muerte en 1890.

No se pierda la oportunidad que ofrece el 7º Festival Internacional de Cine de Panamá, que la incluye en su programación. Aunque también está en la plataforma Netflix, lo original de su estética hace que valga la pena verlo en la pantalla grande.

Se trata de la primera película animada totalmente pintada al óleo. La cinta fue escrita y dirigida por Dorotea Kobiela y Hugh Welchman. Es una producción polaca apoyada financieramente principalmente por el Polish Film Institute y por campañas de Kickstarter.

Concebida en sus inicios como un corto animado de siete minutos en el 2008, pero la fascinación de Kobiela, quien también es pintora, por las técnicas plásticas del artista y su tormentosa vida, conocida a través de sus cartas, hicieron madurar el proyecto hasta convertirlo en un hito de las cintas de animación.

Cada uno de los 65 mil fotogramas de la cinta es una pintura al óleo sobre canvas, en la que se utiliza la misma técnica desarrollada por Van Gogh. Contaron con la participación de 125 artistas plásticos.

El filme se estrenó en el Annecy International Animated Film Festival en 2017. Ganó el 30th European film Awards en Berlín y fue nominado en la categoría de Mejor película animada en los 90º Premios de la Academia, en el pasado mes de febrero.

Vincent y Theo

Gran parte del conocimiento que se tiene sobre Van Gogh deriva de sus cartas, la mayor parte dirigidas a su hermano, Theo Van Gogh. Se conservan más de 600 cartas de Vincent a Theo y 40 cartas de Theo a Vincent, y aunque la mayoría de ellas no están fechadas, los historiadores de arte han sido capaces de ordenar esta correspondencia, en gran parte, de manera cronológica.

La recopilación de estas fuentes textuales ha sido muy valiosa para establecer las bases de lo que se conoce sobre los hermanos Van Gogh.

Y este es el elemento dramático en la película que cuenta cómo un año después del suicidio de Vincent Van Gogh, el cartero Joseph Roulin le pide a su hijo Armand entregar personalmente la última carta que el artista escribió a su hermano Theo, tras sus intentos fallidos de enviársela.

Roulin encuentra sospechosas las circunstancias de la muerte, aunque reconocía la fragilidad mental de su amigo exacerbada por el ostracismo al que fue condenado por algunos vecinos del lugar. Sin embargo, justo seis semanas antes del lamentable suceso, Van Gogh envió al cartero una carta en la que describía su estado de ánimo como “normal y calmado”.

Es así como su hijo, de mala gana, acepta ir a París a entregar la carta pendiente motivado por el afecto de su padre por el pintor. Armand no apreciaba mucho a Vincent y recordaba el incidente cuando el fallecido mutiló su oreja izquierda y se la dio a una prostituta.

En la “ciudad luz” se encuentra con el comerciante de arte Père Tanguy, quien le cuenta que Theo, que sufría de sífilis, empeoró y murió seis meses después de su hermano Vincent, y le sugiere que viaje hasta Auvers-Sur-Oise para hablar con el doctor Gachet, quien hospedó al pintor luego de una internación en un sanatorio.

Teoría de un crimen

Ya en Auvers-sur-Oise, Armand se entera de que el Dr. Gachet está fuera de la ciudad y decide quedarse unos días en la misma pensión donde vivió y murió el artista.

Durante varios días, deambula por los lugares frecuentados por el artista y habla con quienes le conocieron como la dueña de la pensión Adeline Ravoux, que estuvo presente el día de su aparente intento de suicidio y eventual muerte.

También se reúne con Louise, el ama de llave del doctor Gachet, quien no simpatizaba mucho con el artista y con Margarita, hija del doctor y de quien se sospecha mantenía una relación sentimental un poco tormentosa con Van Gogh.

Su curiosidad le lleva hasta doctor Mazery, quien examinó a Van Gogh, Armand se entera de que el disparo que mató al pintor vino de una distancia, y a un ángulo, que hacían imposible que se tratara de un suicidio.

Muchas sospechas empiezan a fraguarse en la mente de Armand y del espectador.

La teoría de que Vincent Van Gogh no se suicido sino que fue realmente asesinado surge en 2011 en una biografía titulada Van Gogh: la vida, de Steven Naifeh y Gregory White Smith, que afirman que el disparo lo hizo René Secrétan, un joven adolescente que veraneaba en Auvers con su hermano Gaston. Eran conocidos del pintor por lo que no quiso inculparlos.

Según los autores, René era un chico problemático al que gustaba vestirse de “cowboy” y se entretenía disparando a animales con una vieja pistola del calibre 38. Así, el 27 de julio de 1890 Van Gogh habría salido como siempre a pintar, recibiendo de forma accidental el disparo del menor de los hermanos. Sin embargo, esta teoría no ha sido confirmada con pruebas ni aceptada por la mayoría de la comunidad académica.

La historia oficial registra que su depresión empeoró y el 27 de julio de 1890, a la edad de treinta y siete años, mientras paseaba por el campo, se disparó en el pecho con un revólver. No se dio cuenta de que su herida era mortal y volvió a la pensión Ravoux, donde murió en su cama dos días después, en brazos de su hermano Theo.

Yo arriesgué mi vida por mi obra, y mi razón destruida a medias”; estas son las palabras de Vincent en la última carta encontrada en su lecho de muerte el 29 de julio de 1890.

Vincent van Gogh produjo unas 900 pinturas y 1600 dibujos durante un período de 10 años, desde 1880 a 1890, cuando sucumbió a la enfermedad mental, posiblemente un trastorno bipolar. Decidió ser pintor cuando tenía 27 años y su carrera está marcada por los lugares donde vivió y trabajó.

Mientras vivió solo vendió tres obras: La viña roja comprada por Anna Boch por 400 francos, el Puente de Clichy, adquirido por 250 francos, según el libro de ventas de la Casa Boussod y Valadon, y un Autorretrato propiedad de los comerciantes de arte Sulley y Lori de Londres. Las tres obras curiosamente fueron compradas el mismo año de 1888.

Varias de las pinturas de Van Gogh están entre las pinturas por las que se ha pagado más en todo el mundo.

La pintura Lirios alcanzó un valor récord de 53,9 millones de dólares en Sotheby's de Nueva York el 30 de marzo de 1987. Fue superado por el Retrato del Doctor Gachet, que el 15 de mayo de 1990 llegó a ser vendido por 82,5 millones de dólares por Christie's, logrando así un nuevo récord.

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