El Panamá que nos dejó un intruso llamado COVID-19

Llevamos más de 2 meses de estar viviendo en medio del estrés, la zozobra y hasta el miedo al que fuimos sometidos, porque un intruso decidió cruzar nuestra frontera, un intruso que llegó para cambiarnos la vida, para cambiar al mundo y por supuesto para cambiar a nuestro Panamá. La prueba está en que ahora a muchos les ha dado por decir la “Nueva Normalidad”. Es entendible, porque ahora la situación nos obliga a adaptarnos a una nueva forma de vida, una nueva forma de trabajo y hasta una nueva forma de hacer vida social.

Alguien me preguntaba ¿Cómo ves a Panamá, después de la pandemia? Y lo que yo pienso es que ahora debemos mirar más allá de esa llamada “Nueva Normalidad”, porque si bien es cierto que muchas cosas han cambiado, también es una realidad que Panamá y su esencia, que somos todos los ciudadanos que aquí vivimos, tenemos la tarea más difícil: Ser ahora los forjadores del país en el que queremos vivir.

Con la crisis del coronavirus muchos de nuestros problemas sociales quedaron en evidencia y creo que ya se ha comentado y debatido hasta la saciedad, pero es ahí donde debemos enfocarnos, si queremos rescatar a nuestro país. La pandemia no solo llegó para enfermarnos y dejar luto y dolor en muchos hogares, también llegó para despertarnos, para darnos un jalón de orejas.

Necesitamos un Panamá en el que su gente esté unida para velar porque se rindan cuentas de todo lo que se gasta de las arcas del Estado, reclamar para que se invierta en educación, para que se modernicen los planes de estudio y hasta el sistema de impartir clases en nuestras escuelas. Llegó el momento de exigir que nuestro sistema de salud sea equipado como si nuestras vidas estuvieran constantemente al borde de una pandemia, Nuestro sistema económico necesita una reingeniería total, requerimos de planes a corto, mediano y a largo plazo y hasta del futuro, de cómo rescatar y mejorar lo que este intruso vino a cambiarnos.

Y ni hablar del sistema laboral que ahora es un mundo completamente distinto en todos los aspectos y es aquí dónde nos toca ponernos más creativos, para mantener, rescatar y generar nuevas plazas de empleo a pesar de la crisis. Comenzamos con el teletrabajo, las entrevistas y reuniones por las distintas plataformas digitales, las ventas, compras e intercambios en línea, usemos ese mismo ingenio para aportar nuevas ideas, en la casa, en la barriada, en el distrito, en el corregimiento, en la provincia, en el país, no tengan miedo de levantar la mano y decir este es mi aporte de hoy .

Cuando finalmente podamos volver a abrazar a nuestros familiares, amigos y compañeros o algo tan sencillo como ir al cine, al parque o a un almacén, no cabe duda que la “pandemia” nos habrá cambiado la vida. Que nuestras caras estén cubiertas por una mascarilla quirúrgica, de tela, de plástico o de las mil ideas que ahora hay en el mercado, es la evidencia que estamos dispuestos a enfrentar a cualquier intruso que cruce nuestra frontera. A demostrarle que no nos dejaremos robar la alegría de vivir en un país llamado Panamá.

Este es el Panamá que nos dejó un Intruso llamado COVID-19.