Se sometió a una cirugía de cordales y falleció tras complicación con la anestesia ¿Negligencia?

La extracción de muelas del juicio, considerada una cirugía menor, terminó en tragedia para dos familias que hoy buscan respuestas.

Imagen de anestesia
Imagen de anestesia / Pixabay/Licencia libre y gratuita

En Spokane, Washington, y Bogotá, Colombia, las muertes de Erik Edge y Zharick Marianne Berrío Hernández, respectivamente, encendieron las alarmas sobre los riesgos asociados a este tipo de procedimientos. Ambos casos, aunque en contextos distintos, comparten un denominador común: complicaciones que, según sus familias, pudieron haberse prevenido.

El 24 de junio de 2024, Erik Edge, un joven de 17 años y estudiante de la Escuela Preparatoria Gonzaga en Spokane, Washington, ingresó al consultorio de Liberty Oral and Facial Surgery para una cirugía de extracción de cordales. Lo que debía ser un procedimiento rápido y rutinario se transformó en un evento fatal cuando el joven sufrió una reacción adversa a la anestesia.

Según los reportes, tras la administración de la anestesia, la garganta de Erik se cerró, impidiéndole respirar. Su padre, Mark Edge, quien lo acompañó al consultorio, relató cómo los paramédicos y bomberos irrumpieron en la clínica en un intento desesperado por salvar la vida de su hijo. “Observé cómo intentaban reanimarlo una y otra vez, pero no lograron estabilizarlo”, declaró al medio The Spokesman-Review.

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El abogado de la familia, George Ahrend, afirmó que el cirujano encargado, el Dr. Bryan McClelland, actuó simultáneamente como cirujano y anestesiólogo, un hecho que, según la demanda presentada, habría sido motivado por razones económicas. “El médico tardó varios minutos en notar que Erik no estaba respirando”, señaló Ahrend.

La madre del joven, Sara Edge, calificó la muerte de su hijo como “totalmente prevenible” y aseguró que el procedimiento se llevó a cabo sin las medidas de seguridad necesarias. “Este no fue un accidente, fue negligencia”, afirmó.

Tiempo antes, en Bogotá, Colombia, otra familia sufrió una pérdida devastadora tras una cirugía de cordales. Zharick Marianne Berrío Hernández, una joven de 27 años y profesional en enfermería, falleció tras someterse a la extracción de sus muelas del juicio en un consultorio ubicado en el sur de la capital.

De acuerdo con los informes, la intervención quirúrgica aparentemente desencadenó una infección severa que terminó cobrando su vida. Zharick, quien había llegado a Bogotá meses antes para ejercer como enfermera, era conocida por su dedicación al cuidado de los demás.

“Es una tragedia inconcebible. Una joven profesional, que dedicó su vida a salvar a otros, perdió la suya en un procedimiento que jamás debió complicarse”, expresaron familiares y amigos en un comunicado desde su natal Aracataca, Magdalena.

En Spokane, los padres de Erik Edge han emprendido una demanda por negligencia médica contra el Dr. McClelland y su clínica, buscando justicia y exigiendo mayor regulación en este tipo de procedimientos. Entre las acusaciones, destacan la falta de personal especializado en anestesia y los retrasos en identificar la emergencia médica.

En Colombia, el caso de Zharick Berrío ha generado indignación y llamado la atención sobre los protocolos de seguridad en clínicas odontológicas. A pesar de la creciente popularidad de las cirugías dentales en consultorios privados, expertos advierten sobre los riesgos de realizar procedimientos complejos en instalaciones que no cuentan con equipos de emergencia adecuados.

Aunque la extracción de cordales es uno de los procedimientos más comunes en la odontología, ambos casos destacan los peligros que pueden surgir incluso en cirugías aparentemente rutinarias. Reacciones adversas a la anestesia, infecciones postoperatorias y errores humanos son riesgos reales que pueden tener consecuencias fatales si no se manejan con protocolos estrictos.

Dr. Ana Rodríguez, anestesióloga y experta en complicaciones quirúrgicas, subrayó la necesidad de mayor supervisión en estos procedimientos. “Cada paciente reacciona de forma diferente a la anestesia. Por eso, es imprescindible contar con un anestesiólogo certificado en cualquier cirugía que implique sedación profunda”, afirmó.

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