Un sacerdote y su amante son detenidos por tráfico de viagra y otros 'potentes' afrodisiácos
Un cura de una parroquia localizada al oeste de España fue apartado temporalmente de sus funciones por la Iglesia esta semana tras ser implicado por la justicia en un caso de tráfico del estimulante sexual masculino Viagra. El sacerdote de Don Benito, un municipio de 35,000 habitantes de la región de Extremadura, fue detenido el lunes "por supuesto tráfico de sustancias estupefacientes", admitió, en un comunicado, la diócesis de Plasencia.
La Guardia Civil aprehendió al párroco y a su pareja sentimental en el marco de una investigación contra el tráfico de Viagra y otros "potentes afrodisíacos". La operación continúa abierta y se ha decretado el secreto de las actuaciones, según fuentes del instituto armado. Sin embargo, tras su detención, fue puesto "en libertad provisional" por el juez de instrucción, preciso la diócesis, que expresó su "dolor y consternación por el sufrimiento y escándalo" provocado por los hechos.
Esperando el "esclarecimiento" de lo ocurrido, la diócesis consideró "conveniente, en este momento, apartarle temporalmente del ejercicio público del ministerio y de su oficio de párroco".
Según informan los medios de comunicación españoles, el sacerdote se dedicaba al tráfico de Viagra y productos afrodisíacos con un hombre descrito como su amante, que también fue detenido durante la operación policial, y desde entonces se encuentra en prisión preventiva. Los dos hombres, que llevaban varios meses bajo vigilancia, utilizaban un apartamento alquilado por el sacerdote para almacenar estos productos, según el diario El Español, que informa de que la noticia causó "incredulidad" entre los feligreses.
La constante entrada y salida de transeúntes en la casa del párroco, situada en la propia parroquia en la que el cura realizaba las eucaristías, fue uno de los motivos de alerta que advirtieron a las autoridades, quienes seguían a los sospechosos. Además, el cura, debido a su condición, no se esforzó demasiado en ocultar sus actividades, bajando la guardia en algunas ocasiones y actuando con cierta impunidad.