¡Se cancela! | Revelan detalles desconocidos de la boda de la princesa Diana con el príncipe Carlos

La monarquía británica representa, parra muchos interesados en ella, un misterio total, dados lo grandes acontecimientos que a través de los siglos han escandalizado al mundo en medio de un sistema en el que competen leyes, decretos y demás estatutos que datan de siglos atrás.

Uno de los principales misterios es el que envuelve el fallecimiento de la princesa Diana de Gales, quien en su momento e incluso hasta ahora, representa para muchas personas ejemplo de elegancia, soberanía y sobre todo amor.

Ahora, tras la publicación de Ingrid Seward, quien es una reconocida autora que escribe hace años sobre la familia real británica, se conocieron nuevos detalles de su investigación sobre la relación de la princesa Diana con el actual rey de Inglaterra, Carlos III.

En su libro ‘My Mother And I’, Seward afirma detalles previos a las nupcias de la princesa de Gales con su prometido.

Según afirma la autora, el padre de la princesa Diana, Earl Spencer, ayudó a convencerla de que no cancelara su boda con el que era por entonces príncipe de Inglaterra. En el estracto del libro de Seward, publicado en el Daily Mail, un mes antes de que se casara con el heredero al trono de Inglaterra, durante su boda en julio de 1981, la princesa Diana fue al cumpleaños 21 del príncipe Andrés en el Castillo de Windsor, esperando bailar allá con su prometido.

Al ritmo de la música de Elton John, el actual rey Carlos III "pasó toda la noche trabajando diligentemente en la sala y asegurándose de hablar con la mayor cantidad de personas posible", afirma Seward en su libro.

"Diana estaba desesperada. Su prometido había estado ausente en Estados Unidos durante la mayor parte de la semana anterior, pero claramente no tenía ningún deseo de bailar con ella… sintiéndose emocionalmente agotada, se lanzó a bailar frenéticamente con un hombre tras otro, y finalmente bailó sola", afirma el extracto del libro.

Más tarde, en medio de un desconsuelo evidente en el que permaneció moviéndose lentamente al ritmo de la música, pero completamente sola, “la princesa Diana se dirigió a la casa de su padre en Northamptonshire a las 5:30 a.m. después de la fiesta, sintiéndose angustiada, nerviosa, enojada y sin intención de regresar. En lo que respecta a Diana, la boda real estaba cancelada".

Sin embargo, al explicar su decisión a su padre, Earl Spencer, él se horrorizó. "Después de calmarla, señaló que sería un acto de descortesía grave romper su compromiso con el futuro rey tan cerca de la boda".

Lo que la llevó a interrogarse ¿no era lo que siempre había querido? ¿No recordaba que él le dijo que solo debía casarse con un hombre que amara, y su firme respuesta: ¿eso es lo que estoy haciendo? Diana no estaba convencida de inmediato, agrega la autora.

Seward finalmente afirma que tras "ráfagas de lágrimas y episodios de indecisión", la princesa Diana “permitió que su padre hablara con ella… no podía negar que todavía quería ser la princesa de Gales. Y, a los 19 años, todavía era lo suficientemente joven como para creer en finales felices, a pesar de lo que sus instintos le habían dicho en esa terrible noche".

El matrimonio se llevó a cabo el 29 de julio de 1981 en la catedral de San Pablo en Londres y la pareja se divorció en 1996, un año antes de que Diana muriera en un accidente automovilístico en París.