¿Proteínas vegetales o animales? Harvard reveló cuál es la mejor opción para la salud
Salud
El consumo de proteínas es fundamental para el funcionamiento del organismo, pero la fuente de estas puede marcar la diferencia en la salud a largo plazo.
Mientras muchas dietas promueven las proteínas de origen animal, una investigación de la Escuela de Medicina de Harvard reveló que las proteínas vegetales pueden ofrecer mayores beneficios, incluyendo la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer.
El estudio, realizado a lo largo de tres décadas, analizó cómo la elección de proteínas puede influir en la salud y el bienestar general. Andrea Glenn, científica visitante en el Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, enfatizó que aumentar el consumo de proteínas vegetales en la dieta diaria es una estrategia eficaz para prevenir enfermedades cardiovasculares.
Los alimentos ricos en proteínas vegetales son accesibles y fáciles de incorporar en la alimentación diaria. Entre los más recomendados se encuentran la quinoa, los pistachos, las semillas de cáñamo y los productos de soya como tofu, leche, edamame y tempeh. Estos alimentos se consideran proteínas completas, ya que contienen los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita.
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Christopher Gardner, director de estudios de nutrición en el Centro de Investigación de Prevención de Stanford, destacó la importancia de consumir vegetales como el brócoli, señalando que “una taza de brócoli contiene casi dos gramos de proteína, algo que muchas personas desconocen”.
El consumo de proteínas vegetales no solo cubre las necesidades del cuerpo, sino que aporta nutrientes esenciales que no siempre se encuentran en las proteínas de origen animal. Entre los alimentos más ricos en proteínas y fibra están las lentejas, los frijoles negros, los garbanzos, las almendras y las semillas de chía.
Según Gardner, la fibra presente en estos alimentos es clave para la salud digestiva, la regulación del azúcar en la sangre y la reducción del colesterol malo. Además, contienen vitaminas y minerales esenciales como magnesio, cobre, manganeso, selenio y vitaminas A, C, K y E. También aportan antioxidantes, fitoquímicos y grasas saludables como las monoinsaturadas y poliinsaturadas, beneficiosas para el sistema cardiovascular.
Jen Messer, presidenta de la Academia de Nutrición y Dietética de New Hampshire, destacó que las dietas basadas en plantas “suelen ser más saciantes, ayudan a controlar el peso corporal y son bajas en calorías, lo que contribuye a la prevención de enfermedades metabólicas”.
Aunque las proteínas animales aportan hierro y aminoácidos esenciales, presentan desventajas importantes. Laura Bellows, dietista y profesora de la División de Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Cornell, advirtió que “las carnes rojas y procesadas contienen altos niveles de grasas saturadas, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares”.
El exceso de proteínas animales también se ha relacionado con inflamación crónica y un mayor riesgo de enfermedades metabólicas. Por otro lado, las dietas ricas en carne pueden carecer de antioxidantes y fibra, elementos esenciales para la salud intestinal y la longevidad.
Si bien las proteínas animales pueden ser parte de una dieta equilibrada, los expertos de Harvard concluyen que priorizar las fuentes vegetales ofrece mayores beneficios para la salud a largo plazo. Incorporar más legumbres, frutos secos, semillas y vegetales ricos en proteínas puede ser una estrategia efectiva para mejorar la alimentación sin comprometer la ingesta proteica necesaria.
En un mundo donde la salud y la sostenibilidad son cada vez más prioritarias, optar por proteínas vegetales no solo beneficia al organismo, sino que también reduce el impacto ambiental de la producción de alimentos.