La princesa Martha Louise de Noruega se casó con su chamán Durek Verrett
Martha Louise de Noruega
Este evento puso fin a una espera de dos años desde que anunciaron su compromiso y marcó el comienzo de una nueva etapa en su relación.
La princesa Märtha Louise de Noruega y Durek Verrett, conocido por su trabajo como chamán en California, unieron sus vidas en una lujosa boda de tres días que tuvo lugar en la encantadora ciudad portuaria de Ålesund, en la costa occidental de Noruega.
Te puede interesar: Princesa Ana, hermana del rey Carlos, experimenta pérdida de memoria ¿Qué pasa con la corona británica?
Te puede interesar: ¡Pero qué le pasó! El impresionante cambio físico de la princesa Kalina de Bulgaria
La celebración comenzó el 29 de agosto con un cóctel de bienvenida que rompió con las normas convencionales, solicitando a los asistentes que vistieran atuendos "atrevidos y modernos". Al día siguiente, los invitados disfrutaron de un paseo en barco por el impresionante fiordo de Geiranger, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, seguido de una animada fiesta previa a la boda con temática latina.
El 31 de agosto, finalmente llegó el día esperado. Märtha, de 52 años, y Durek, de 49, se casaron en el elegante Hotel Union, un prestigioso establecimiento de cuatro estrellas en Ålesund.
La ceremonia contó con la presencia de aproximadamente 350 invitados, entre ellos las hijas de Märtha: Maud, de 21 años; Leah, de 19; y Emma, de 16, quienes compartieron la alegría de su madre en este día tan especial. Las hijas son fruto del matrimonio de Märtha con su fallecido exmarido, Ari Behn, de quien se divorció en 2017.
Antes de conocer a Durek en 2018, la princesa no planeaba volver a casarse después de su primer matrimonio de 15 años. Sin embargo, como explicó a la revista Hello!: “Había decidido no volver a casarme. Pero después de conocer a Durek, mi perspectiva cambió. Casarme representa sellar la cercanía entre nosotros y es una forma de elevar nuestra energía y entrar en una nueva fase de nuestra relación”.
Para Durek, el matrimonio también tuvo un significado profundo: “Es una manera de declarar al mundo que esta es la persona que amo, ante la familia, los amigos y Dios”, expresó. “Sellar nuestra relación ante el universo es una declaración espiritual poderosa, y hacerlo rodeado de las personas que amamos será algo maravilloso”.
El día de la boda, Durek optó por un elegante esmoquin negro con fajín dorado y un nudo de corbata, mientras que Märtha deslumbró con un vestido de novia color marfil hecho a medida, adornado con la tiara que su abuelo, el rey Olav V, le regaló en su cumpleaños número 18.
La celebración, que culminó con una vibrante fiesta de salsa, fue descrita por la princesa como perfecta en todos los aspectos. Como señaló a Hello!: “Nuestro amor ha superado todos los obstáculos y perdurará para siempre”. Con estas palabras, la princesa reafirma el compromiso y la devoción que sienten el uno por el otro, iniciando juntos una nueva etapa, rodeados del amor y apoyo de sus seres queridos.