Un perro encuentra con vida a un niño de 11 años debajo de alud de lodo provocado por el huracán Helene
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Está científicamente comprobado que los perros pueden desarrollar una relación muy profunda y protectora con los niños y en muchos casos, pueden llegar a percibir si su niño está en peligro o necesita ayuda. Los perros, al ser animales altamente sociales y empáticos, desarrollan vínculos muy fuertes con sus dueños, especialmente con los más pequeños, debido a su energía, vulnerabilidad y frecuencia de interacción. Esta conexión quedó demostrada entre Jamie de 11 años y su perro Tucker, quien le salvó la vida luego de quedar enterrado debajo de un alud de tierra tras el paso del huracán Helene.
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Todo sucedió en cuestión de minutos y aunque la familia sabía que el huracán llegaría, jamás imaginaron la devastación que provocaría. Según informó WCNC, canal de televisión de Charlotte, Jamie Parker, su perro Tucker y su hermana Jemma, se encontraban en la casa de sus abuelos cerca de Asheville, Carolina del Norte, cuando el huracán impactó el área con furia. Según el testimonio del propio niño, él y su hermana estaban sentados en el sofá cuando la casa se deslizó y cayeron de cara contra una pared. "Todo mi cuerpo salió volando", dijo Jamie.
Mientras su abuela, Donna Johns, terminó en el techo y su hermana Jemma logró refugiarse en un área donde los miembros de su familia pudieron localizarla, Jamie fue arrojado a una pila de escombros de 12 pies de profundidad, lo que dificultó encontrarlo. En ese momento, el niño sintió que se quedaría atrapado para siempre, pero comenzó a ver un rayo de esperanza cuando Tucker lo vio. "Estaba gritando a todo pulmón y mi abuela no podía oírme. Tucker estaba encima de mí y ladraba. Lo oí gemir y ladrar", dijo Jamie.
Cuando lo peor pasó, los abuelos empezaron a buscar a los niños desesperadamente, mientras miraban a su alrededor la destrucción que había causado el huracán. En principio, Michael Johns, abuelo de Jamie, atribuyó los ladridos de Tucker a "los nervios y ansiedad" por todo lo que acababan de experimentar, ya que él y su familia no se habían dado cuenta de que había localizado a Jamie.
Según el medio, Tucker permaneció en el mismo lugar hasta que llegaron los bomberos y desenterraron a Jamie. El preadolescente cree que Tucker logró encontrarlo gracias a sus "orejas grandes" y su "nariz grande". Aunque Jamie tuvo que ser trasladado en avión a un hospital debido a una "condición que puede ser mortal", afortunadamente no sufrió lesiones de consideración. Sin embargo, según el medio, el hospital le ha permitido a él y a su familia quedarse juntos en una habitación mientras una enfermera cuida a Tucker, pues la casa donde vivían quedó completamente destruida.
En una entrevista con la revista People, el abuelo del niño dijo que algunos desconocidos realmente se han ofrecido a ayudar a la familia, dándoles una casa para vivir sin pagar alquiler durante 6 meses en las cercanías de Hendersonville.
Un olfato extraordinario
El olfato de los perros es extraordinario y mucho más desarrollado que el de los humanos, lo que los convierte en animales únicos para detectar olores específicos. Mientras que los seres humanos tienen alrededor de 5 millones de receptores olfativos, los perros poseen entre 200 y 300 millones, dependiendo de la raza. Además, la parte del cerebro de un perro dedicada a procesar olores es 40 veces mayor que la nuestra, lo que les otorga una capacidad sensorial superior. Los perros, además, son conocidos por su capacidad para detectar los estados emocionales de las personas a su alrededor. Pueden percibir el estrés, el miedo, la tristeza o la alegría a través del lenguaje corporal, el tono de voz y los olores que emite el cuerpo humano. Los niños, por su naturaleza más abierta y expresiva, generan una conexión emocional aún más evidente para los perros.