Repetición: Jelou!
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Con la gran cantidad de productos disponibles en el mercado, muchos con altos niveles de azúcar, edulcorantes artificiales o cafeína, los expertos han analizado cuáles son las opciones más saludables y cuáles representan un riesgo para su salud.
Un informe publicado por diversas organizaciones de salud en Estados Unidos, como la Academia Estadounidense de Pediatría, la Academia de Nutrición y Dietética y la Asociación Estadounidense del Corazón, ha determinado qué líquidos favorecen una hidratación adecuada y cuáles deberían evitarse.
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Los especialistas coinciden en que el agua debe ser la principal fuente de hidratación para los menores, ya que es la bebida más pura y segura. Según el estudio, “toda la hidratación de un niño puede provenir del agua”, dejando en claro que no es necesario recurrir a jugos, refrescos o bebidas deportivas para cubrir sus necesidades diarias.
Otra bebida recomendada es la leche sin azúcares añadidos, ya que aporta proteínas, calcio, vitamina D y potasio, fundamentales para el crecimiento y fortalecimiento óseo. Sin embargo, si un niño consume productos lácteos como yogur o queso, puede reducir su ingesta de leche sin afectar su nutrición.
Además del agua y la leche, los alimentos con alto contenido de líquidos, como frutas y verduras, también ayudan a mantener una hidratación adecuada. Frutas como la sandía, la naranja y la fresa, así como vegetales como el pepino y el tomate, pueden complementar el consumo de líquidos diarios.
El requerimiento de agua varía según la edad, el peso y el nivel de actividad física. El estudio establece las siguientes recomendaciones diarias:
Estas cantidades incluyen tanto el agua potable como la contenida en los alimentos. El informe hace especial énfasis en el riesgo del consumo excesivo de bebidas azucaradas, señalando que “una de las principales fuentes de azúcar añadida en la dieta infantil proviene de las bebidas”, según el doctor Mark Corkins, presidente del Comité de Nutrición de la Academia Estadounidense de Pediatría.
El alto consumo de azúcar en la infancia está relacionado con el aumento de enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares. Entre las bebidas con mayor contenido de azúcar y que deben evitarse se encuentran:
Además, se advierte sobre el consumo de bebidas con cafeína en menores de edad, ya que pueden causar trastornos del sueño, ansiedad e irritabilidad, según la doctora Meghan Lott, subdirectora de Healthy Eating Research.
Las bebidas vegetales, como la leche de almendras o soya, pueden ser una opción en casos de alergia a la proteína de la leche o intolerancia a la lactosa. Sin embargo, el estudio señala que estas no sustituyen completamente la leche de vaca, ya que suelen tener menores niveles de proteínas y calcio, y algunas versiones comerciales contienen azúcares añadidos.
Por ello, es importante consultar con un pediatra o nutricionista antes de hacer cambios en la alimentación de los niños.