Gulperi
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Tras compartir un video llorando con un emoji de la bandera mexicana, un político republicano sugirió que ella misma debería ser deportada.
Gómez, de raíces mexicanas y nacida en Texas, mostró su frustración ante la ola de deportaciones bajo la administración de Donald Trump. “Toda mi gente está siendo atacada”, expresó entre lágrimas. “Lo siento mucho, quisiera poder hacer algo, pero no puedo. No sé qué hacer. Trataré todo, lo prometo”, agregó en la grabación que rápidamente se viralizó.
La reacción no tardó en llegar. Sam Parker, político republicano y excandidato al Senado por Utah, escribió en su cuenta de X: “Deporten a Selena Gómez”. Lejos de quedarse callada, la estrella de Only Murders in the Building respondió con sarcasmo: “Oh Señor Parker, Señor Parker, gracias por la risa y la amenaza”, publicó en sus Instagram Stories.
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Gómez, quien en 2019 produjo la docuserie Living Undocumented sobre familias inmigrantes en EE.UU., ha sido una voz activa en temas sociales. Sin embargo, su postura ha generado división de opiniones. Ante las críticas por su video, la cantante comentó: “Aparentemente no es OK mostrar empatía por la gente”.
Por su parte, Parker continuó avivando la polémica en redes sociales. En Instagram, afirmó que ha tenido que lidiar con “un montón de fanáticos retrasados de Selena Gómez” y que está “bebiendo las lágrimas” de quienes lo critican.
El enfrentamiento refleja las tensiones en el debate migratorio en EE.UU., donde figuras públicas como Gómez utilizan su influencia para visibilizar la difícil situación de muchas familias indocumentadas, mientras que sectores más conservadores rechazan su postura.
En enero de 2025, la administración de Donald Trump endureció su política migratoria con una serie de medidas que aceleraron las deportaciones de inmigrantes hispanos. Entre estas acciones se incluyeron redadas en sitios previamente considerados seguros, como iglesias y hospitales, así como la expansión de los criterios para la deportación inmediata.
Además, muchas personas sin antecedentes penales fueron expulsadas del país, lo que generó críticas por posibles violaciones de derechos humanos. Las políticas también causaron tensiones diplomáticas, como el conflicto con Colombia, cuyo presidente, Gustavo Petro, inicialmente rechazó recibir vuelos de deportación, pero finalmente cedió tras la amenaza de sanciones comerciales por parte de Trump.