"Pedra do Sal", cuna de la samba carioca

Fotografía del 21 de noviembre de 2016 de personas en el antiguo mercado de esclavos, escenario de ofrendas a los orixas africanos y punto de encuentro de músicos y "malandros" la Pedra do Sal es hoy el templo de la samba en el corazón de Río de Janeiro (Brasil). EFE / EFE
24 2016 - 14:00

Antiguo mercado de esclavos, escenario de ofrendas a los orixas africanos y punto de encuentro de músicos y "malandros", la Pedra do Sal es hoy el templo de la samba en el corazón de Río de Janeiro.

Al caer la tarde, una vez por semana, músicos, vecinos de las favelas próximas, cariocas y turistas se reúnen para escuchar la "Roda da Pedra", que en estos días celebra el centenario de "Pelo Telefone" (Por el teléfono), la primera samba registrada formalmente en la Biblioteca Nacional, el 27 de noviembre de 1916.

"Aquí se respeta la samba". Una regla de oro que preside los conciertos de la "rueda de samba" de la Pedra do Sal (Piedra de Sal), que nació hace una década de la decisión de un grupo de amigos de reunirse para compartir su pasión por la música.

Pero la Pedra do Sal no sólo es una cita obligada para los amantes de la samba. Tiene una carga histórica y religiosa que la convierten en un lugar único en Río.

Situada en el barrio de Saúde, próxima al puerto de Mauá, en la zona conocida como la "Pequeña África", en la Pedra funcionó el mercado de esclavos y, cuando Brasil abolió la esclavitud, en 1888, se transformó en punto de embarque de la sal utilizada para conservar la carne.

La población negra, que en buena parte trabajaba en el puerto, se mantuvo en la zona y creció con la llegada masiva de inmigrantes del estado de Bahía (noreste).

La Pedra se convirtió en centro de ceremonias y de fiestas populares de la mano de personajes como la Tía Ciata, Hilária Batista de Almeida, una "mãe de santo" (sacerdotisa del candomblé) que tuvo una influencia decisiva en el nacimiento de la samba urbana carioca.

En su casa se realizaban ritos africanos y se daban cita músicos y artistas como Ernesto dos Santos, Donga, autor de la primera samba registrada oficialmente, hace un siglo, aunque "Pelo Telefone", coinciden los expertos, es una obra coral resultado precisamente de los encuentros encabezados por las "tías" bahianas.

Eran los tiempos en los que las tradiciones afrocubanas se miraban con desprecio por la sociedad blanca brasileña y la samba se consideraba un género marginal.

Tiempos en los que los "malandros" del puerto se juntaban con los negros cariocas y los bahianos y armaban fiestas improvisadas en las que no podía faltar la música.

Avanzado el siglo XX, las huellas africanas fueron desapareciendo bajo las obras de urbanización del centro de Río al mismo ritmo que caía la actividad del puerto, y la Pedra se fue apagando.

Hoy, los músicos de la "Roda da Pedra" se acomodan en la calle, alrededor de una mesa, como si de una reunión casera se tratara, y repasan en su repertorio la historia del género.

"Este es el lugar donde comenzó todo, donde nació la samba. Aquí recordamos a los primeros sambistas. Es donde nos reunimos porque es un emblema", explica a Efe Junior Travassos, miembro de la Roda.

"Es un lugar de grandes 'arquitectos de la música brasileña', de grandes poetas", añade, orgulloso de haber contribuido a recuperar el protagonismo de la Pedra.

"Cuando el grupo empezó a reunirse para tocar, no había nada aquí. Hemos conseguido impulsar la zona", asegura.

Su compañero Paulo César Correa presume de que "repetimos la historia del pasado, en el mismo formato, revalorizando lo que aconteció hace un siglo".

Los músicos empiezan a tocar y el eco de la samba retumba en la Pedra mientras cientos de personas se agolpan a su alrededor, cantan y bailan abriéndose paso entre puestos callejeros y vendedores ambulantes.

"La samba nunca va a morir", sentencia Travassos.

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