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'Killing Me Softly': la historia desconocida detrás del himno inmortal de Roberta Flack

Roberta Flack

Algunas canciones trascienden generaciones, convirtiéndose en piezas atemporales que siguen conmoviendo al público sin importar el paso del tiempo.

El legado de Killing Me Softly sigue vigente, no solo como un éxito de su época, sino como una obra que sigue resonando en la memoria colectiva / AFP

Killing Me Softly With His Song es una de ellas. Su interpretación a cargo de Roberta Flack en 1973 redefinió el impacto emocional de la música popular, convirtiéndose en un fenómeno global. Detrás de este éxito se esconde una historia fascinante, que involucra inspiración literaria, una conexión profunda con la música y el perfeccionismo inquebrantable de una artista que supo transformar una canción en una experiencia inolvidable.

La historia de Killing Me Softly comenzó con los compositoresCharles Fox y Norman Gimbel, quienes crearon la canción en la década de 1970. La inspiración inicial provino de un poema que Toni Gimbel, esposa del letrista, le mostró a su marido. Aunque la letra final de la canción no seguía al pie de la letra el contenido del poema, sí capturaba su esencia: la sensación de vulnerabilidad extrema que se experimenta al escuchar una canción que parece describir exactamente los propios sentimientos.

Uno de los elementos más curiosos del proceso de composición fue la influencia de la literatura. Según reveló Gimbel, un fragmento de la canción provino de una novela de Julio Cortázar, donde se mencionaba la frase “matarnos suavemente con un poco de blues”. Este concepto se convirtió en el alma de la letra y en la clave de su poderosa conexión emocional.

El primer lanzamiento de la canción llegó de la mano de Lori Lieberman en 1972. Sin embargo, su versión pasó desapercibida hasta que Roberta Flack la escuchó por casualidad en un vuelo de American Airlines de Los Ángeles a Nueva York.

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Flack no tenía idea de que aquella balada folk-pop, transmitida en el sistema de audio del avión, se convertiría en una de las piezas más importantes de su carrera. “El título, por supuesto, me golpeó en la cara”, recordó años después. Inmediatamente, sacó papel y lápiz para transcribir la melodía y memorizar cada detalle.

Apenas aterrizó, contactó a Quincy Jones para obtener información sobre los compositores y, en cuestión de días, ya tenía los derechos para grabar su propia versión. Pero Flack no se conformó con interpretar la canción tal como estaba: la reinventó por completo, dándole una nueva estructura y agregando arreglos que elevaron su impacto emocional.

La sesión de grabación tuvo lugar el 17 de noviembre de 1972 en los Atlantic Studios de Nueva York, con la producción de Joel Dorn y la ingeniería de Gene Paul. Flack no solo interpretó la canción, sino que también tocó el piano y contó con la colaboración de Donny Hathaway en las vocales.

El lanzamiento de Killing Me Softly With His Song en enero de 1973 fue un punto de inflexión en la carrera de Flack. En su primera semana, el sencillo debutó en el puesto 54 del Billboard Hot 100. Sin embargo, su ascenso fue meteórico: en solo cinco semanas, alcanzó el número uno, logrando la subida más rápida desde Family Affair de Sly & the Family Stone.

El impacto de la canción no se limitó al éxito comercial. La interpretación de Flack fusionó el pop, el soul y el jazz con una profundidad emocional que la versión original de Lieberman no había logrado transmitir. Con una introducción más impactante y una sección de scatting agregada por Flack, la canción se transformó en una obra maestra que redefinió los estándares de la música popular.

Durante cuatro semanas consecutivas, Killing Me Softly lideró el Billboard Hot 100, siendo brevemente desplazada por Love Train de The O’Jays, solo para recuperar la cima una semana después.

El éxito de la canción quedó inmortalizado en la historia de los premios Grammy. En 1974, Flack se convirtió en la primera artista en ganar el galardón a la Grabación del Año en dos ediciones consecutivas, tras haber triunfado en 1973 con The First Time Ever I Saw Your Face. También recibió el premio a la Mejor Interpretación Vocal Pop Femenina, consolidando su estatus como una de las grandes figuras de la música de la década.

Décadas después, Killing Me Softly continuó dejando su huella en nuevas generaciones. En 1996, el grupo Fugees llevó la canción nuevamente a los primeros puestos de las listas con una versión renovada, acercándola a una audiencia completamente distinta. Incluso, en una presentación en los MTV Movie Awards, Roberta Flack se unió a Lauryn Hill para interpretar juntas el tema, demostrando su impacto perdurable.

El legado de Killing Me Softly sigue vigente, no solo como un éxito de su época, sino como una obra que sigue resonando en la memoria colectiva. Más que una canción, se ha convertido en un símbolo de la conexión emocional que solo la música puede generar, manteniendo su lugar como una de las interpretaciones más conmovedoras de la historia.

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