Joaquín Sabina vuelve a dar vida al Coliseo de Puerto Rico tras el huracán
Tras seis años de ausencia sin cantar en Puerto Rico, Joaquín Sabina volvió hoy a dar vida y llenar de música el Coliseo José Miguel Agrelot en San Juan, por primera vez desde el paso del huracán María en septiembre de 2017, con un público que lo dio todo con el "juglar de asfalto".
Después del paso del ciclón el lugar, que sufrió daños materiales, había sido utilizado como centro de acopio del Gobierno y la actuación de Sabina marcó hoy el regreso de este espacio a su vida habitual de recinto, entre otros, para conciertos.
Sabina actuó hoy en Puerto Rico como parte de su gira "Lo niego todo" que arrancó en México el pasado 14 de mayo y, hasta la fecha, suma 56 conciertos en España, Europa y Latinoamérica.
Inició el pasado 30 de enero en Medellín (Colombia) una nueva etapa de 17 conciertos en Colombia, Puerto Rico, México, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, República Dominicana y Estados Unidos.
Precisamente la canción "Lo niego todo" dio el pistoletazo de salida al concierto en el Coliseo de Puerto Rico, lleno hasta la bandera y con un público dispuesto a acompañar a Sabina en todos sus "poemas cantados".
Tras su canción de inicio Sabina se refirió al huracán: "sabemos que no ha sido el mejor año para ustedes", les dijo a los asistentes a quienes recordó que era el primer concierto desde el paso del ciclón el 20 de septiembre.
"Después de los horribles daños también quiero decirles que alguien nos ha dicho que no son momentos para cantar, pero yo creo que si lo son. Yo creo que las canciones también pueden servir de consuelo o de poner un hombro donde llorar. Nos sentimos muy, muy solidarios, infinitamente más que el 'Pato Donald Trump' que ni siquiera es capaz de cumplir sus promesas con sus socios", agregó en referencia a la que muchos consideran escasa ayuda de su gobierno tras el desastre natural.
A continuación avisó al público que, como llevaba "ocho años sin escribir canciones nuevas, la primera parte (del concierto) constará de un ramillete de canciones de las nuevas. Yo sé que ustedes quieren oír las viejas, pero en la primera parte se van a joder; pero van a ser piadosos con nosotros y van a dejarnos cantar canciones que tienen el propósito y la esperanza de pasar a ser las viejas queridas por ustedes en pocos años", agregó.
A partir de ahí, Sabina entonó algunas canciones de su último álbum como "Quien más, quien menos", "Sin pena ni gloria", "No tan deprisa" y "Lágrimas de mármol", entre otras.
En varios momentos de su actuación su banda, de la que dijo que que era su familia y que le han "puesto un whisky en momentos en que lo he necesitado", intervino en solitario en algunas ocasiones en las que Sabina se alejaba del escenario para volver, siempre, con un sombrero nuevo, ya fuera un bombín o de copa.
Tras, como anunció, dedicar la primera parte a su nuevo álbum, llegó el momento de sus "viejas canciones", con las letras de siempre.
Y también fue la parte del concierto en la que el público, entregado desde el minuto uno, terminó de darlo todo por un cantante muy querido en esta isla, tal y como quedó demostrado.
La práctica totalidad del coliseo se vino arriba y se levantó para entonar desde la primera a la última letra de sus archiconocidas "Por el bulevar de los sueños rotos", "19 días y 500 noches", "Peces de ciudad" -de la que dijo que era su favorita-, "Y nos dieron las diez", "Noches de boda" y "Princesa", entre otras.
Entre ellas también estaba "Contigo" cuya letra reza "yo no quiero París con aguacero ni Venecia sin ti" y que el cambió por "ni el Caribe sin ti".
Tras poco más de dos horas Sabina cerró su actuación con un "Hasta siempre San Juan!".