¡Insólito! Hombre de 42 años consigue una pensión por incapacidad debido a su adicción al Heavy Metal
Este hombre, en plenitud laboral, logró demostrar ante el tribunal que su adicción al heavy metal le ha provocado una incapacidad para trabajar.
Tras una batalla legal de una década, el hombre logró que se reconociera su obsesiva relación con el Heavy Metal como un impedimento para llevar una vida laboral normal. Este insólito caso, que atrajo la atención de medios internacionales y expertos en derecho laboral, marcó un precedente en la legislación sueca. En 2015, un fallo legal en Suecia causó revuelo al concederle a Roger Tullgren, un fanático del Heavy Metal de 42 años, el derecho a recibir una pensión por incapacidad parcial debido a lo que él describió como una “adicción” a este género musical.
El Tribunal de Hasslehölm fue el encargado de emitir el veredicto, después de que Tullgren demostrara que su obsesión por asistir a conciertos y sumergirse en la cultura del Heavy Metal afectaba gravemente su desempeño profesional. “Llevo diez años intentando que se reconozca mi situación como una discapacidad”, explicó.
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“Hablé con varios psicólogos que determinaron que padezco una situación de discriminación”. Sus palabras reflejan el arduo camino que recorrió para que su devoción por este género musical fuera tomada en serio por las autoridades suecas.
Tullgren, cuyo amor por el Heavy Metal comenzó en su juventud, detalló cómo esta pasión lo llevó a asistir a más de 300 conciertos en 2006, una cifra que resultó incompatible con sus responsabilidades laborales. “La situación es que yo estaba perdido realmente, sólo hablaba de metal, sólo quería tocar metal”, confesó. Su compromiso con el género no solo le provocó el despido de varios trabajos, sino que también lo llevó a iniciar un proceso legal para que su “adicción” fuera reconocida como una incapacidad que afectaba su vida diaria.
“Tuve que pelear mucho con mi gobierno. Y es la primera vez que se ha hecho. Es bastante difícil conseguir ese tipo de ‘papel’”, expresó, señalando lo complicado que fue obtener el reconocimiento legal de su incapacidad. Según él, el camino estuvo lleno de obstáculos, especialmente por lo inusual de su caso, que contrastaba con otras adicciones más reconocidas, como las relacionadas con deportes o el alcoholismo.
El resultado final de su lucha fue la obtención de una pensión de 400 euros mensuales, una cantidad que le permitió mantener un trabajo de medio tiempo como lavaplatos en un restaurante. “Es un gran alivio”, comentó al recordar el fallo judicial que, además, le permitió continuar disfrutando de su pasión por el Heavy Metal sin afectar su vida laboral. En su empleo actual, Tullgren puede vestirse con su ropa favorita, en línea con su estilo de vida, gracias a la comprensión de su jefe.
El caso de Roger Tullgren sigue siendo objeto de debate en círculos académicos y legales, como lo recordó recientemente Francisco Trujillo, profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad Jaume I de Castellón, a través de una publicación en LinkedIn. Trujillo señaló que este caso marcó un punto de inflexión en la relación entre la cultura personal y el reconocimiento de discapacidades en el entorno laboral.
A pesar de lo singular de la situación, Tullgren ha dejado claro que su victoria legal no fue simplemente por comodidad. “Soy tan terco que quise demostrar que la música metal es lo único en mi vida, lo más grande y mejor que me ha pasado”, declaró, subrayando la importancia que el Heavy Metal tiene en su identidad personal.