Hijo de John Lennon nunca estuvo de acuerdo con las creencias esotéricas de su madre Yoko Ono
A lo largo de los años, las diferencias entre madre e hijo se han convertido en una parte fundamental de su relación.
Sean Ono Lennon ha abierto recientemente una ventana a su vida personal y a las diferencias filosóficas con su madre. En una entrevista con People, el músico de 49 años reveló sus desacuerdos con las creencias de Yoko, quien ha sido conocida por su profunda fascinación por el tarot, la astrología y la numerología, mientras que él se inclina por una visión más racional y científica del mundo.
Desde su infancia, Sean ha sido muy claro sobre su preferencia por las ciencias exactas. En la entrevista, recordó cómo, siendo joven, se sentía desconcertado por la constante referencia de su madre a números y fechas en relación con la astrología. “Mamá, ¿podemos hacer algo sin preocuparnos por lo que dicen las cartas del tarot?”, confesó que le preguntaba a menudo.
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A pesar de sus dudas, Sean reconoce que Yoko se ha sumergido en estos temas de manera profunda: “Está tan interesada en lo cósmico, a un nivel que nunca he visto en nadie más. Se podría decir que es una bruja buena”, comentó.
La diferencia de perspectivas ha generado más de una discusión entre madre e hijo. Sean recuerda cómo un día, al cuestionar a Yoko sobre su creencia en que el universo seguía patrones numéricos, le dijo: “No creo que el universo pueda funcionar de esta manera. No importa si es un siete o un nueve”. La respuesta fue simple: “Pero así es como funciona”. Sin embargo, más allá de sus diferencias filosóficas, el músico ha llegado a reconocer que, aunque rechaza algunas de las creencias místicas, no está completamente libre de supersticiones.
A pesar de su escepticismo, Sean admite que ciertos momentos en su vida lo han hecho reconsiderar su visión estrictamente racional del mundo. “No importa cuánto intente rechazar lo que yo llamaría pensamiento sobrenatural, o pensamiento supersticioso, no puedo sacarlo de mí”, explicó. A lo largo de su vida, ha experimentado episodios que han desafiado su lógica, como una extraña coincidencia durante unas vacaciones en Jamaica.
Mientras conducía un Jeep alquilado, la radio se encendió sola y comenzó a sonar “Beautiful Boy (Darling Boy)”, la emotiva canción escrita por su padre meses antes de su trágica muerte. “Escuché ‘Darling, darling, darling… darling Sean’. Fue muy extraño. Las probabilidades de que sucediera eso eran mínimas”, recordó. Aunque reconoce que probablemente no fue un fenómeno mágico, admite que la experiencia fue lo suficientemente impactante como para dejarle una huella emocional profunda.
A lo largo de los años, las diferencias entre madre e hijo se han convertido en una parte fundamental de su relación. Mientras Yoko sigue siendo una ferviente defensora de las prácticas místicas, Sean se ha aferrado a una visión más lógica y científica del mundo. Sin embargo, a medida que avanza en su vida, parece aceptar que las creencias de su madre forman parte de su ser, incluso si no las comparte plenamente. “A veces suceden cosas que parecen estar más allá del ámbito de lo cognoscible”, reflexiona, lo que indica que, aunque aún lucha con sus propias supersticiones, está dispuesto a aceptar que algunas cosas en la vida no se pueden explicar de manera sencilla.