¡Terrible! Mujer se arrancó los ojos tras consumir dosis extrema de metanfetamina

Kaylee Muthart

Su experiencia sirve como un recordatorio de los riesgos extremos asociados con estas sustancias y la importancia de evitar su consumo.

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Imagen de ambulancia/con caracter ilustrativo / Pexels/licencia libre y gratuita

El consumo de sustancias psicotrópicas, como las denominadas drogas duras, puede provocar alteraciones graves en la percepción de la realidad, lo que puede llevar a episodios psicóticos, alucinaciones o comportamientos impulsivos y peligrosos que en el peor de los casos puede terminar de manera trágica como le ocurrió a una joven mujer que en el inicio de su adultez se provocó una autolesión que le cambiaría para siempre la vida por culpa de su adicción a la metanfetamina. Ahora, ha decidido compartir su experiencia para alertar a otros sobre los riesgos extremos de esta sustancia altamente adictiva.

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Kaylee Muthart, originaria de Anderson, Carolina del Sur, tenía apenas 20 años cuando, bajo los efectos de las drogas, se arrancó los glóbulos oculares ocasionándose un terrible daño irreversible. Según relató al medio South West News Service, a través de The Daily Mail, la droga la llevó a un estado mental donde creyó que debía hacerse daño para evitar una tragedia mayor. “Pensé que todo terminaría de repente y que todos morirían si no me arrancaba los ojos en ese momento”, confesó.

Muthart explicó que durante su adolescencia era una estudiante sobresaliente. Asistía a clases con excelentes calificaciones y llegó a formar parte de la prestigiosa Sociedad Nacional de Honor. Los fines de semana, ocasionalmente fumaba marihuana, pero evitaba las drogas más fuertes debido a un historial de adicciones en su familia. Sin embargo, a los 19 años, un amigo le ofreció un cigarrillo mezclado con metanfetamina, lo que marcó el inicio de una peligrosa adicción.

El primer contacto con la sustancia fue revelador para ella, describiendo que le provocó una sensación de cercanía con Dios. En menos de un año, Kaylee pasó de fumar metanfetamina a inyectársela. Su madre, alarmada por su rápida caída en la adicción, logró convencerla de que ingresara a rehabilitación. Kaylee aceptó, pero no sin antes tomar una dosis extremadamente alta como un “subidón final”, lo que la llevó al dramático desenlace que elata.

El día de 2018 en que ocurrieron los hechos es un recuerdo difuso para Muthart. Según narró, caminaba por las vías del tren con la intención de llegar a una iglesia cercana. Una amiga con quien se estaba hospedando pasó en coche para decirle que su casa estaba cerrada con llave, algo que ella interpretó de manera distorsionada. “De alguna manera llegué a la conclusión de que mi sacrificio era la clave para salvar el mundo”, explicó.

En ese momento, Muthart sintió que tenía que realizar un acto extremo para cumplir con lo que percibía como un mandato divino. “Pensé que alguien tenía que sacrificar algo importante para arreglar el mundo, y esa persona debía ser yo”, dijo. Cayó de rodillas, golpeó el suelo y rezó: “¿Por qué yo? ¿Por qué tengo que hacer esto?”. En su estado alterado, procedió a lesionarse de una manera brutal.

La joven describió que el efecto de las drogas disminuyó su capacidad de sentir dolor mientras se autolesionaba. “Usé el pulgar, índice y dedo medio para presionar cada ojo, los agarré, los retorcí y los saqué de las órbitas. Fue una lucha enorme, lo más difícil que he hecho en mi vida”, relató. Un pastor de la iglesia cercana la encontró gritando: “Quiero ver la luz”. Según le explicó más tarde, la halló con los ojos en las manos y parcialmente aplastados, aunque aún estaban conectados a su cabeza.

Kaylee fue trasladada de urgencia al hospital, donde un equipo médico tuvo que someterla a una cirugía de emergencia para retirar lo que quedaba de sus globos oculares y evitar una posible infección.

A pesar de las limitaciones que ahora enfrenta como persona ciega, Muthart ha logrado mantener una actitud positiva hacia la vida. “Actividades que antes disfrutaba, como tocar la guitarra o aprender piano, son más complicadas ahora, pero sigo adelante. Intento pensar en pequeñas victorias. Si me golpeo un dedo del pie, me digo: ‘Quizá me salvé de chocarme con algo peor’”, explicó.

Hoy en día utiliza prótesis oculares y busca transmitir un mensaje de esperanza. “Quiero parecer más normal ante el mundo exterior”, dijo. Aunque admite que hay momentos de frustración, especialmente durante noches de insomnio, afirma que prefiere su situación actual a la vida que llevaba antes. “Sinceramente, soy más feliz ahora que antes de que ocurriera todo esto. Prefiero estar ciega que depender de las drogas”, concluyó.

*Esta nota fue realizada con información de www.people.com*

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