Mosaico 2018: oportunidades y retos para Panamá como país
Fomentar la diversidad de ideas, cultivar la esperanza, practicar la inclusión, dejar la apatía, mejorar la educación, confiar en que sí podemos hacer las cosas mejor, cerrar la brecha de la desigualdad y fortalecer la formación en ciudadanía fueron algunas de las conclusiones a las que llegaron los expositores de Mosaico 2018: Panamá, País de Oportunidades, evento que se desarrolló este martes.
En esta tercera versión de Mosaico, organizada por la Congregación Kol Shearith Israel, seis reconocidas personalidades participaron en un encuentro abierto para destacar las cosas que nos unen como sociedad sobre aquellas que nos dividen.
El panel estuvo conformado por la abogada y periodista Betty Brannan Jaén, el empresario Carlos Alberto Escotet; la exministra de Mides, Leonor Calderón; el comediante y politólogo, Simón Tejeira; la artista plástica, Olga Sinclair y el sacerdote Miguel Ángel Ciaurriz de la Parroquia San Lucas de Costa del Este. Todos ellos bajo la moderación de la politóloga Sabrina Bacal.
Frank Kardonski, presidente de la Congregación Kol Shearith Israel dio las palabras de bienvenida, destacando la antigüedad de este grupo religioso y la necesidad de fomentar estos espacios de encuentro entre la diversidad de pensamientos que promueven el intercambio de ideas y el pensamiento crítico.
La exministra del Mides Leonor Calderón hizo un recorrido por la historia panameña y la vocación de tránsito de nuestro país. Llamó la atención sobre la próxima celebración de los 500 años de fundación de la ciudad de Panamá y la importancia global del avistamiento del Mar del Sur desde el Istmo panameño.
Las cíclicas oleadas de migrantes han enriquecido la cultura y la identidad panameña, alterando nuestra vida desde todos los puntos de vista. Consideró importantísimo “reflexionar en que somos una posición geográfica atractiva y vamos a seguir siéndolo. Hay que reconocernos multiculturales que somos puente, puerto y puerta”.
Sin embargo, existe mucha desigualdad y lo que pone en riesgo lo que hemos logrado, “tenemos que ser un país de oportunidades para todos”.
Entre las vivencias de Carlos Alberto Escotet, de Banesco Panamá, el empresario compartió la historia de su familia de migrantes desde que su abuelo partió de España hacia Venezuela con solo “una maleta llena de sueños”.
Fue así como de generación en generación su familia, ahora en Panamá, ha construido una empresa exitosa que al mismo tiempo se dedica a promover el emprendimiento convirtiéndose en una ventana de oportunidades, ofreciendo identidad a las personas que lo necesitan y una mejor vida para sus familias.
El padre Miguel Ángel Ciarruiz de la Parroquia San Lucas de Costa del Este compartió una serie de anécdotas y poesías sobre la inclusión y la necesidad de compartir con los demás, cosa que practica dentro de su parroquia desde el 2014 cuando con un grupo de voluntarios crean el Banco de Alimentos de Panamá.
A través de este proyecto reparten 1,600 desayunos diarios en más o menos 300 organizaciones del país, beneficiando a cerca de 65 mil panameños. Esto ha bajado a cero la deserción escolar en las comunidades que apoyan.
El turno de los jóvenes recayó sobre Simón Tejeira. Desde la plataforma digital de El Ñeque Noticias, Simón y un grupo de jóvenes con diversas ideas políticas y sociales utilizan el humor para expresar sus opiniones en las redes sociales.
Para este joven politólogo y comediante, “todo se puede abordar desde el humor”. Advirtió con las redes sociales corremos el peligro de mantenernos en burbujas de temas y opiniones comunes y recomendó salir de los perfiles conocidos para explorar ideas contrarias a las propias.
Una reflexión sobre los derechos humanos estuvo a cargo de Betty Brannan Jaén, de la Fundación Libertad y quien está a la cabeza del proyecto Museo de la Libertad y los Derechos Humanos, en plena construcción en el área de Amador.
Brannan Jaen explicó la necesidad de educar sobre los derechos humanos como una forma de empoderar a la población y fortalecer la democracia que se encuentra en crisis en muchos países del mundo.
El museo que está programado para abrir sus puertas en diciembre de este año coincidiendo con los 70 años de la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos contará con tres edificios titulados y dedicados a la igualdad, memoria y tolerancia.
Olga Sinclair, artista plástica expresó cómo a través de su fundación ha logrado despertar la curiosidad artística de cientos de niños y jóvenes a lo largo del país a través de eventos masivos de pinturas en donde los chicos se ven expuestos a la manifestación de un artista destacado mundialmente.