Manterrumping: ¿Qué es y por qué algunos hombres lo normalizaron?

Feminismo

Con la llegada de una ola de feminismo en las redes sociales se han popularizado etiquetas y conceptos de algunas actitudes consideradas por expertos psicólogos (as) como micromachistas. Entre ellas, destacan el nombramiento del manterrumping.

El estudio revela que las mujeres son más interrumpidas que los hombres / Foto/EFE

Según Agostina Chiodi, del Instituto de Masculinidades y Cambio Social, la etiqueta del manterrumping hace referencia a una palabra compuesta por man (hombre) e interrumping (interrumpiendo) y significa al acto por parte de algunos hombres de interrumpir a las mujeres.

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“La característica principal de los micromachismos es que son prácticas reiteradas de abuso de poder en la vida cotidiana, que se naturalizan tanto que pueden ser casi imperceptibles. Muchas veces no son intencionales, sino que son prácticas que incorporan los varones en el proceso de ‘hacerse hombres’ y tienen importantes consecuencias en la vida y subjetividad de las mujeres”, afirma la experta.

Según su estudio, es más frecuente que un hombre interrumpa a una mujer, que está realizando una actividad en la que está concentrada, a que interrumpa a un hombre. Aunque las razones son variadas, se considera un micromachismo por la percepción de que “la mujer no está haciendo algo tan importante como el hombre”, la cual se puede crear de manera inconsciente en la persona que interrumpe.

“Interrumpen y suelen monopolizar la palabra, acaparando la atención. Haciéndolo, sostienen el privilegio de tener una voz más valorada y con mayor reconocimiento y protagonismo. Y estas prácticas atentan contra la confianza, seguridad y libertad de expresión de las mujeres”, añade Chiodi.

Esta etiqueta y su concepto se unen a una investigación realizada por la Universidad de Princeton que reveló que los hombres dominan el 75% de las conversaciones en reuniones de trabajo.

“Además, existe la idea de que los impulsos de los varones son irrefrenables, en este caso el impulso a hablar, cosa que es puramente cultural. No es que no puedan contenerse, es que no consideran a las mujeres como sus pares y semejantes. Porque cuando se trata de otros hombres, no suelen interrumpir. Es decir, son socializados para tener ciertos recaudos éticos solo con quienes consideran sus pares y semejantes, sus colegas, los de su mismo género”, concluye la experta. 

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