'Los nómadas del mar' | La tribu indígena con la increíble habilidad para estar bajo el agua sin respirar
En el Sudeste Asiático, una tribu ha desarrollado destrezas que desafían los límites del cuerpo humano.
Los Bajau, conocidos como los “nómadas del mar”, viven principalmente entre Filipinas, Indonesia y Malasia, son capaces de sumergirse hasta 70 metros y permanecer bajo el agua durante varios minutos en busca de alimentos, gracias a una adaptación genética única descubierta por científicos.
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Los Bajau pasan cerca del 60% de su jornada laboral sumergidos, utilizando solo antiparras de madera y lanzas para cazar. Su vida gira completamente en torno al océano, donde residen en casas flotantes y transmiten sus habilidades de generación en generación. Melissa Ilardo, investigadora de la Universidad de Utah, dedicó meses a convivir con la tribu y documentar su conexión con el mar. “Son increíblemente generosos. El agua lo es todo para ellos”, comenta la científica.
No obstante, su estilo de vida enfrenta amenazas: la sobrepesca industrial ha reducido significativamente los recursos marinos, obligando a los Bajau a replantear su supervivencia. Además, al no contar con los mismos derechos que otros ciudadanos en las islas principales, sufren marginación social y económica.
Ilardo lideró un estudio publicado en Cell, en el que se descubrió que los Bajau poseen adaptaciones genéticas excepcionales. Su investigación reveló que su bazo, un órgano clave durante las inmersiones, es en promedio un 50% más grande que el de otros grupos humanos, como los Saluan, una comunidad vecina que no depende del mar.
Este agrandamiento del bazo está relacionado con una mutación en el gen PDE10A, que incrementa las hormonas tiroideas y contribuye al almacenamiento de glóbulos rojos oxigenados. También se identificó una variación en el gen BDKRB2, que favorece la vasoconstricción periférica, un mecanismo que prioriza el flujo sanguíneo hacia órganos vitales como el cerebro, el corazón y los pulmones.
El origen de estas adaptaciones se remonta a miles de años. “Los Bajau que tenían bazos más grandes lograron bucear con mayor seguridad, lo que aumentó sus posibilidades de supervivencia y reproducción”, explica Ilardo. Aunque no se puede precisar con exactitud, se estima que su estilo de vida marítimo data de unos 15,000 años, tiempo suficiente para que la selección natural moldeara sus genes.
Sin embargo, su extraordinaria capacidad no es solo genética. Su entrenamiento constante desde la infancia potencia su habilidad para resistir bajo el agua. “Creemos que hay una combinación de factores: su entrenamiento, el tamaño de su bazo y las mutaciones genéticas únicas”, señala la investigadora.
Cuando un ser humano se sumerge, se activa un mecanismo conocido como reflejo de inmersión. Este reduce el ritmo cardíaco, comprime los vasos sanguíneos y contrae el bazo, liberando oxígeno adicional al cuerpo. En los Bajau, estas respuestas están multiplicadas debido a sus ventajas genéticas y su modo de vida.
Aunque su conexión con el océano permanece inquebrantable, los Bajau enfrentan una encrucijada. La modernidad amenaza su estilo de vida milenario, pero ellos prefieren seguir cerca del mar. “Incluso cuando se les ofrecen oportunidades para mudarse, eligen permanecer donde están. El agua es parte de su identidad cultural”, concluye Ilardo.
El caso de los Bajau es un ejemplo fascinante de cómo la genética y el entorno pueden moldear a una comunidad. Su lucha por preservar su cultura y habilidades frente a las adversidades modernas refleja la resiliencia de un pueblo que ha hecho del océano su hogar y su razón de ser.