Kim Kardashian luce la extravagante Cruz Attallah, joya icónica que perteneció a la princesa Diana
Kim Kardashian
La Cruz Attallah, adornada con 5,25 quilates de diamantes y amatistas de corte cuadrado fue un accesorio de la princesa Diana.
La noche de la gala Art+Film del LACMA en Los Ángeles se convirtió en un puente entre el pasado y el presente, cuando Kim Kardashian apareció luciendo una joya con un inmenso valor simbólico: el colgante Cruz Attallah, una de las piezas más icónicas de la princesa Diana.
Esta aparición fue más que una declaración de estilo; fue un gesto que conectó a dos figuras mediáticas de diferentes eras, ambas con un gran impacto en la moda y la cultura popular.
El evento, que tuvo lugar el 2 de noviembre, fue testigo del regreso de esta legendaria joya a una alfombra roja, después de que Kardashian la adquiriera en una subasta de Sotheby’s en 2023 por la impresionante suma de 197.453 dólares.
La Cruz Attallah, adornada con 5,25 quilates de diamantes y amatistas de corte cuadrado, fue un accesorio recurrente en los eventos de la princesa de Gales, quien la usó por primera vez en 1987, combinándola con un elegante vestido de terciopelo púrpura diseñado por Catherine Walker. A partir de entonces, la pieza se asoció indiscutiblemente con el estilo atrevido pero refinado de la princesa.
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El regreso de esta joya a la esfera pública de la mano de Kim Kardashian no fue simplemente una cuestión de moda, sino una recontextualización de una reliquia de la realeza. La celebridad, conocida por su habilidad para mezclar lo clásico con lo contemporáneo, adaptó la cruz a su propio estilo.
A diferencia de Diana, que lució el colgante con una cadena larga de perlas, Kardashian optó por llevarlo como un choker más ajustado, complementado con una segunda cadena de perlas que caía por su cuello, aportando un toque moderno y osado. Este ajuste permitió que la joya destacara aún más sobre el escote de su vestido blanco de Gucci, creando un contraste llamativo entre la simplicidad del atuendo y la exuberancia de la cruz.
El conjunto de Kardashian fue completado con una capa crema y maquillaje sencillo pero audaz. Optó por ojos ahumados y labios en tono nude, lo que dejó que toda la atención se centrara en el emblemático colgante. Esta decisión de estilo recordó a la estrategia de la princesa, quien, en su momento, también sabía cómo usar la moda para hacer declaraciones poderosas sin necesidad de palabra.
A pesar de su homenaje, en redes sociales algunos usuarios expresaron su descontento: “Cómo se le ocurre usar esta pieza icónica, que fue utilizada con garbo, elegancia y clase, de una forma tan vulgar… típico de las Kardashian, que creen que por tener dinero todo se les ve con clase”, fue uno de los tantos comentarios negativos.