La historia de la famosa influencer que aseguraba ser 'Jesús' y fue condenada por tráfico de personas y esclavitud

Kat Torres

Sus víctimas todavía están en proceso de recuperación psicológica debido a los abusos sufridos.

Kat Torres fue condenada a 8 años de cárcel por tráfico de personas y esclavitud / Foto de Kat Torres (AFP)
16 2024 - 16:53

Kat Torres se mudó de las peligrosas favelas de Brasil a la ciudad de Nueva York en busca del sueño americano y en poco tiempo se convirtió en una exitosa influencer y modelo de revista, lo que rápidamente le abrió las puertas de Hollywood codeándose con prominentes estrellas como Leonardo DiCaprio con el que incluso llegó a tener un romance. Sin embargo, detrás de su aparente éxito y glamour se escondía una historia mucho más oscura.

La desaparición de dos jóvenes brasileñas, llevó a los investigadores del FBI a una búsqueda desesperada por todo Estados Unidos para encontrarlas. Lo único que sabían era que ambas vivían con la influencer Kat Torres. El caso llevó a desenmarañar una trama que acabo con Torres tras las rejas condenada a ocho años de prisión por trata de personas y esclavitud.

¿Cómo la exmodelo que salía de fiesta con Leonardo DiCaprio y fue portada de revistas internacionales llegó a captar a sus seguidoras y a arrastrarlas hacia la explotación sexual?

Torres, que había cultivado una imagen de éxito y superación personal en redes sociales, atrajo a sus seguidores más vulnerables mediante promesas de dinero y mayor autoestima a través de un servicio de suscripción y consultas personales por USD 150. Sin embargo, la realidad de las víctimas era muy distinta.

"Ella fue portada de revistas. Fue vista con gente tan famosa como Leonardo DiCaprio. Todo lo que vi parecía creíble", dice Ana, exasistente de la influencer.

Ana no era una de las jóvenes desaparecidas que fueron objeto de la búsqueda del FBI, pero también fue víctima de la coerción que ejercía Torres y sería clave para el rescate de las dos mujeres.

Ana cuenta que en 2019, Torres le pidió mudarse a Nueva York para trabajar como su asistente. En esa época estaba estudiando nutrición en una universidad en Boston, pero se las arregló para seguir con las clases online. Ana aceptó la oferta de cuidar a los animales de Torres, cocinarle, lavarle la ropa y limpiar su casa por cerca de US$2.000 al mes.

Sin embargo, una vez en el departamento de la influencer, se dio cuenta de la manipulación a la que estaba sometida. Dice que tenía que estar disponible las 24 horas del día para Torres y realizar las tareas domésticas sin descanso. "Ahora veo que me estaba usando como una esclava... Ella encontraba satisfacción en eso", dice Ana, quien agrega que nunca recibió los pagos que le prometieron.

"Pensaba 'estoy atrapada aquí, no tengo salida'", dice. "Probablemente fui una de sus primeras víctimas de tráfico de personas".

Ana había abandonado su cuarto en el alojamiento universitario por lo que no tenía adónde volver. Tampoco tenía dinero para pagar un alojamiento alternativo.

Ella dice que cuando trataba de enfrentar a Torres, ésta se ponía agresiva, lo que la afectaba de manera particular por su historia de violencia. Al final, después de tres meses, Ana encontró la forma de escapar mudándose con un nuevo novio.

Desirrê Freitas y Letícia Maia, dos de las mujeres cuyo caso desencadenó la búsqueda del FBI, también fueron atraídas bajo promesas similares. Desirrê había sido invitada a Estados Unidos desde Alemania después de que Torres afirmara necesitar su apoyo emocional. Una vez allí, Torres la obligó a trabajar en un club de striptease y posteriormente como prostituta, según documentó la BBC. “Si no cumplía con las cuotas de dinero, no podía volver a casa”, afirmó Desirrê.

Además de las condiciones laborales abusivas, las mujeres vivían bajo estrictas reglas. No podían hablar entre ellas, necesitaban permiso para salir de sus habitaciones, y todos sus ingresos eran entregados a Torres. Las víctimas también debían ceder sus documentos como pasaportes y licencias de conducir, lo que impedía su escape.

A pesar de las denuncias iniciales, las autoridades no tomaron en serio a las víctimas hasta que el caso ganó notoriedad en las redes sociales y medios de comunicación. Gladys Pacheco, abogada de varias víctimas, recopiló testimonios que señalaban a Torres como responsable de tráfico de personas, tortura, reducción a condiciones de esclavitud, y explotación sexual, según Folha de Sao Paulo.

Las redes sociales y el uso de medios digitales permitieron a la influencer explotar a sus víctimas con mayor facilidad. “El tráfico de personas está en aumento y las redes sociales lo facilitan”, dijo el detective David Davol a BBC News. Las campañas en redes sociales ayudaron a localizar a las jóvenes desaparecidas, y en noviembre de 2022, la policía convenció a Torres y a las mujeres de asistir a una revisión de bienestar en la oficina del sheriff del Condado de Franklin, en Maine.

Torres, quien sigue negando todas las acusaciones, fue entrevistada en prisión por BBC World Service antes de ser sentenciada. Declaró ser inocente y acusó a los medios de mentir. “Puedo decir que soy Jesús y ustedes pueden verme como Jesús o como el diablo, es su elección”, dijo.

Finalmente, la influencer fue condenada a 8 de prisión por tráfico de personas y esclavitud. Sus víctimas todavía están en proceso de recuperación psicológica debido a los abusos sufridos.

*Nota hecha a partir de un reportaje publicado por la BBC Mundo*

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