Filtran video íntimo de la influencer fitness Mar Urista

Mar Urista, una destacada influencer de fitness con 1.4 millones de seguidores en Instagram y 1.5 millones en TikTok, se enfrenta a una situación angustiante tras la filtración de videos íntimos sin su consentimiento.

En una reciente declaración, Urista reveló que los clips fueron grabados por una expareja durante una relación tumultuosa que involucró abusos físicos y psicológicos. La joven de 24 años, originaria de Nuevo León, México, describió este acto como una forma grave de violencia digital que ha tenido un efecto devastador en su bienestar emocional.

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Urista, conocida por su enfoque en la salud integral y su habilidad para motivar a sus seguidores, ha sido abierta sobre el impacto que esta filtración ha tenido en su vida personal. En sus publicaciones, ha destacado la importancia de elegir cuidadosamente a las personas con quienes uno se involucra, como una lección que ella misma ha aprendido a través de esta experiencia dolorosa.

La filtración ha avivado el debate sobre la violencia digital y el papel crucial de la Ley Olimpia en México, una legislación diseñada para combatir la divulgación no consensuada de material íntimo. Esta ley, que puede imponer sanciones severas, refleja la creciente preocupación por proteger la privacidad en la era digital.

Aunque Urista no ha nombrado a su expareja, la situación ha llevado a especulaciones sobre Andrés Cantú, un creador de contenido fitness y exnovio de la influencer. Cantú, quien tiene una presencia destacada en redes sociales, ha sido mencionado en las discusiones debido a la relación pasada que mantuvo con Urista.

Para proteger su salud mental, Urista ha decidido tomar un descanso de las redes sociales, un paso que subraya la seriedad de la situación. Ha instado a sus seguidores a no compartir el video filtrado, enfatizando que este acto es ilegal y contribuye al daño que está experimentando. Este caso pone de relieve la importancia de respetar la privacidad y de abordar con seriedad las implicaciones de la violencia digital.