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Hombre dejó caer su iPhone en una caja de donaciones y ahora el templo se niega a devolvérselo

Las autoridades religiosas alegan que todo lo que entra en la caja pasa a ser propiedad de la deidad del templo y por lo tanto, no se puede devolver.

Imagen de un Iphone
Imagen de un Iphone / Pexels/licencia libre y gratuita

Un incidente insólito se registró en el estado de Tamil Nadu, India, luego que las autoridades del templo Arulmigu Kandaswamy se negaran a devolver un iPhone que accidentalmente cayó en su caja de donaciones, conocida como hundi. Según informó The Economic Times, los responsables del santuario argumentan que todo lo que ingresa en dicha caja pasa a ser propiedad de la deidad del templo, en línea con sus tradiciones espirituales.

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El episodio tuvo lugar cuando un devoto, que visitaba el templo acompañado de su familia, dejó caer accidentalmente su teléfono mientras intentaba sacar dinero del bolsillo para realizar una contribución económica al lugar de culto. Al percatarse del error, el hombre notificó de inmediato a las autoridades del templo, solicitando que recuperaran el dispositivo. Sin embargo, su pedido fue rechazado, pues según las reglas del templo que estipula que cualquier objeto depositado en el perro —incluso si lo es por accidente— pertenece irrevocablemente a la deidad y no puede ser devuelto bajo ninguna circunstancia.

Las autoridades del templo añadieron que el hundi no se abre regularmente, sino que esto ocurre únicamente una vez cada dos meses. Por tanto, el teléfono no podría ser extraído inmediatamente, aunque así lo permita la norma. Ante esta situación, el afectado decidió elevar una queja formal a la Fundación Hindú para la Religión y la Caridad, buscando una solución a su problema.

Finalmente, el caso tuvo un nuevo desarrollo el pasado viernes, cuando finalmente se procedió a abrir el hundi. El devoto, esperanzado con recuperar su teléfono, se presentó a primera hora en el templo, pero para su decepción las autoridades mantuvieron su postura inquebrantable y solo ofrecieron devolverle la tarjeta SIM del dispositivo, dejando claro que el aparato en sí seguiría siendo parte de las posesiones de la deidad. El hombre, furioso con la postura de las autoridades, consideró la propuesta absurda e inaceptable y dejó el asunto en manos de los administradores del templo.

Este incidente ha generado debate sobre la estricta interpretación de las tradiciones religiosas frente a las circunstancias modernas, especialmente cuando involucran pertenencias personales de los devotos. Mientras algunos apoyan la posición del templo como un acto de respeto a la tradición, otros argumentan que debería haber flexibilidad en casos accidentales como este. Por ahora, el destino del iPhone permanece en el dominio divino, según dictan las reglas del santuario.

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