Harvey Weinstein demanda a su hermano Bob por traición financiera

Harvey Weinstein, el exmagnate de Hollywood que cumple una sentencia en prisión por agresión sexual, ha decidido emprender una nueva batalla legal, esta vez contra su propio hermano. Desde la cárcel de Rikers Island, Weinstein presentó una demanda en un tribunal de Nueva York acusando a Bob Weinstein, su antiguo socio en The Weinstein Company (TWC), de haber desviado fondos de la empresa antes de su colapso en 2017.

La querella también incluye a David Glasser, exdirector de operaciones de la compañía, a quien señala por haberse beneficiado de bonificaciones indebidas y por malversar recursos financieros. Con esta acción legal, Harvey Weinstein intenta reescribir la historia del desplome de su imperio cinematográfico, asegurando que no fue su escándalo de agresión sexual el que llevó a la compañía a la bancarrota, sino la “traición financiera” de su hermano y sus antiguos colaboradores.

La demanda de Harvey Weinstein no surge de la nada, sino como parte de un litigio de larga data. En 2017, AI International Holdings, propiedad del magnate Len Blavatnik, presentó una querella contra Weinstein por incumplimiento de contrato tras no reembolsar un préstamo de 45 millones de dólares.

El caso quedó suspendido cuando The Weinstein Company se declaró en quiebra en 2018. Sin embargo, en marzo de 2023, AI International Holdings decidió retirar la demanda, argumentando que la condena de Weinstein hacía poco probable la recuperación de los fondos. Fue entonces cuando los abogados del exproductor vieron una oportunidad para revivir el caso y apuntar contra los exdirectivos de la compañía, acusándolos de haber “saqueado una casa en llamas”.

En noviembre de 2024, Harvey Weinstein citó formalmente a su hermano Bob para declarar y entregar documentos relacionados con la quiebra de la empresa. En respuesta, el abogado de Bob Weinstein, Brian Kohn, presentó una moción para anular la citación, asegurando que se trataba de una maniobra de acoso de Harvey hacia su hermano, a quien describió como su “enemigo de toda la vida”.

Kohn también argumentó que el caso no tenía fundamento, ya que la liquidación de The Weinstein Company en 2021 ya había proporcionado un mecanismo para que los acreedores recuperaran los fondos mal administrados. Además, calificó la nueva demanda de Weinstein como “frívola” y solicitó sanciones contra él y su equipo legal, exigiendo que Bob sea compensado por los costos de responder a la citación.

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En su demanda, Harvey Weinstein sostiene que The Weinstein Company no quebró por la avalancha de acusaciones en su contra, sino porque Bob Weinstein y otros ejecutivos supuestamente desviaron dinero de la empresa antes de su colapso.

Sin embargo, expertos en la industria argumentan que el escándalo de abuso y agresión sexual que envolvió a Harvey Weinstein fue el verdadero detonante de la crisis financiera de la compañía. Tras las denuncias de decenas de actrices y trabajadoras de la industria cinematográfica en 2017, el nombre de Weinstein se convirtió en sinónimo del movimiento #MeToo, lo que llevó a la pérdida de inversionistas, demandas millonarias y el inevitable colapso del estudio.

A pesar de esto, Weinstein sigue insistiendo en que fue víctima de una conspiración dentro de su propia empresa y que su hermano Bob jugó un papel clave en su caída.

Mientras enfrenta este litigio, Harvey Weinstein también se prepara para su tercer juicio por violación, programado para el 15 de abril de 2025 en Manhattan. Su condena anterior fue anulada por el Tribunal de Apelaciones del estado, lo que le da una última oportunidad de defenderse en los tribunales.

A sus 72 años, el exproductor asegura que su salud está en estado crítico. Según su equipo legal, padece cáncer de médula ósea, enfermedad arterial coronaria y diabetes, condiciones que han empeorado durante su encarcelamiento en Rikers Island, una de las prisiones más duras de Nueva York.

El pasado 29 de enero, Weinstein suplicó ante el juez que adelantara su juicio, asegurando que teme no sobrevivir hasta abril: “Todos los días que estoy en Rikers Island es un misterio para mí cómo puedo seguir caminando. Le pido y le ruego, señoría, que no puedo aguantar más. Estoy aguantando porque quiero justicia para mí y quiero que esto termine de una vez”, declaró desde su silla de ruedas.

Sin embargo, el juez Curtis Farber rechazó su petición, argumentando que su agenda ya está ocupada con otro juicio por asesinato que “no puede ser reprogramado”.

La disputa entre Harvey y Bob Weinstein parece ser el capítulo final de una relación marcada por el poder, la ambición y el colapso de un imperio cinematográfico. Mientras uno lucha por su vida en prisión, el otro intenta dejar atrás el escándalo y continuar con su carrera en la industria del entretenimiento.