Gigi Hadid se refugia del asedio mediático: 'Las cámaras me produjeron oscuridad'
Gigi no solo es una de las supermodelos más reconocidas del mundo, también es un ejemplo de resiliencia frente a la sobreexposición mediática.

Tras años de vivir bajo el escrutinio constante de las cámaras en Nueva York, Hadid decidió dar un giro radical a su vida. “Llegó un momento en mi carrera en el que empezó a haber cámaras todos los días en Nueva York. Y eso me produjo una sensación de oscuridad”, reveló en una íntima conversación con Vogue, donde abordó el impacto que tuvo la fama en su bienestar emocional.
Lejos de los desfiles y las luces, Hadid encontró su santuario en una granja reconvertida en las colinas de Pensilvania, un entorno sereno que escogió para criar a su hija Khai. “Este era un lugar para pasar la pandemia, luego un telón de fondo bucólico para los primeros días de la vida de mi hija Khai”, explicó, destacando cómo la maternidad le brindó una nueva perspectiva de vida. “La maternidad me hizo más propia”, reflexionó con la serenidad de quien ha aprendido a priorizar su paz interior.
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Hadid no eludió hablar de los momentos más complejos que vivió a causa del asedio mediático. Recordó cómo, incluso al salir a la calle vestida de manera informal, era objeto de críticas. “Sentí que, incluso cuando estaba tratando de ponerme algo informal e ir a tomar un café o ir a la farmacia, alguien hizo un comentario: ‘¿Por qué está vestida así? Parece desaliñada. Parece que trabajó demasiado’”. Además, la presión por su apariencia fue una constante: “Me llamaron de todos los modos posibles. ‘Está demasiado pesada’ o ‘Tiene un trastorno alimentario’, eran las cosas que escuchaba con frecuencia”.
Consciente de que la fama implica exposición, Hadid ha aprendido a navegar el juicio público. “Esto es parte del trabajo; cuando eres una figura pública, es parte del trabajo”, admitió. Sin embargo, dejó claro que el equilibrio es posible: “Ahora me doy la gracia y miro cuántas cosas manejé. Paso a paso, aprendí. Lo superé”.
Donatella Versace, quien la apoyó desde los inicios, la elogió: “Para mí, Gigi tiene ese mismo espíritu de las supermodelos icónicas”. Hadid coincidió al destacar la individualidad que caracteriza a las verdaderas figuras de la moda: “Las Supermodelos se definían por su individualidad, su personalidad, su fuerza y el hecho de que celebraban eso”.
Próxima a cumplir 30 años, Hadid no teme al futuro. “Siento que muchas de las cosas en mi carrera, en mis relaciones, en mi vida, en mis amistades, por las que la gente normalmente pasa a los 30, yo las pasé a los 20”, confesó. Y con determinación, añadió: “Si me siento asustada o intimidada, eso significa que estoy emocionada. Y sí, en este punto, ¿por qué no intentarlo?”.
Desde la calma de Pensilvania, Gigi Hadid redefine su carrera, la maternidad y su vida personal, demostrando que es posible vivir la fama bajo sus propios términos.