¿Cada cuánto deben bañarse los adultos mayores? Una dermatóloga despeja las dudas
Con los años, la piel se vuelve más fina y reseca, por lo que productos como el jabón puede influir de manera negativa en el cuidado de la misma.
La higiene personal es esencial para todos, pero a medida que las personas envejecen, las necesidades y cuidados para mantener la piel saludable pueden cambiar. En ese sentido, la piel de los adultos mayores presenta características distintas a la de los jóvenes: se adelgaza, pierde elasticidad y se vuelve más frágil, lo que puede influir en la frecuencia de los baños.
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De acuerdo con MedlinePlus, la capa externa de la piel en personas mayores se vuelve más delgada y menos resistente, lo que aumenta el riesgo de lesiones. Además, la piel pierde parte de su capa protectora de grasa, lo que puede reducir la sensibilidad al tacto, la presión, la vibración, el calor y el frío. Estos cambios hacen que la rutina de baño sea un tema a considerar con mayor cuidado.
La doctora Sylvie Meaume, dermatóloga y jefa del departamento de Geriatría, Heridas y Curación del Hospital Rothschild en París, ofrece directrices específicas sobre este tema. En una entrevista con el medio francés 'Futura-Sciences', explicó: "Las personas mayores tienen la piel más fina y seca, que está tirante y pica más que la piel de los jóvenes. Esta fragilidad de la piel requiere una adaptación de los hábitos de higiene".
Meaume sugiere que los adultos mayores de 65 años se bañen o se duchendos veces a la semana. Además, recomienda el uso de jabón solo un día de cada tres para evitar la irritación de la piel, y sugiere evitar frotar demasiado durante el baño.
Esto no significa que la higiene general deba ser descuidada; las áreas más propensas a la acumulación de bacterias, como las axilas, los pies y las partes íntimas, deben limpiarse a diario, incluso en los días sin una ducha completa.
El portal especializado en envejecimiento 'Aging Today' añade que los adultos mayores que están postrados en cama o que padecen de incontinencia intestinal o urinaria deben considerar prácticas adicionales de aseo personal.
Recomiendan el uso de un paño tibio para limpiar el cuerpo a diario y sugieren el uso de toallitas húmedas para prevenir infecciones del tracto urinario. Además, invertir en un bidé puede ser una excelente opción para aquellos que enfrentan dificultades de movilidad.
En resumen, mientras que la frecuencia del baño para los adultos mayores puede ser menor que para las personas más jóvenes, la higiene sigue siendo fundamental. Adaptar la rutina de cuidado de la piel a las necesidades individuales puede ayudar a mantener la salud y el bienestar, minimizando las complicaciones asociadas con el envejecimiento.