Juez falla a favor y ordena reprogramar eutanasia de mujer colombiana

Su deseo era morir tranquila y sin dolor, luego de años sufriendo de Esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad degenerativa, sin embargo, la clínica decidió cancelar su procedimiento, involucrando jueces, abogados y al gobierno colombiano.

Martha Sepúlveda de 51 años tenía planeado cómo y cuando morir, su vida llegaría a su fin el domingo 10 de octubre a las 7 de la mañana en la clínica Instituto Colombiano del Dolor en Medellín, donde le inyectarían un sedante con otras sustancias, que poco a poco la harían quedar inconsciente, muriendo de un paro cardio respiratorio inconsciente y sin dolor, terminando con el sufrimiento que le ocasionaba la Esclerosis Lateral Amiotrófica.

La enfermedad había deteriorado tanto su vida, que debía solicitar ayuda para caminar.

48 horas antes del día de su muerte, un comité científico que ella desconocía, decidió anular la eutanasia, anunciándole por una carta que deslizaron debajo de su puerta por la noche. Al principio, ella y su hijo Fernando, pensaron que se trataba de una broma de mal gusto de parte de algún católico.

“Cuando le conté que era real yo temblaba y ella, que tampoco lo creía, terminó riéndose. ‘Entonces será cuando Dios quiera’, dijo”, cuenta Camila Jaramillo, que pertenece al Laboratorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que lleva varios casos de eutanasia.

El caso de Martha llegó hasta la iglesia, quienes le comunicaron a Martha que ‘replanteara su decisión’, ya que esta había aparecido en la televisión, en un horario de máxima audiencia, sonriente por su decisión.

Fue en julio del 2021 que la corte constitucional aprobó que ‘personas con enfermedades no terminales, que por causa de ellas tengan intenso sufrimiento físico o mental por lesiones corporales o enfermedades graves e incurables’. El cual era el caso de Martha y no tenía razón que la clínica le hubiera negado su derecho.

El gerente de la clínica, Fredy Quintero, se defendió alegando que la enfermedad “no había progresado en los últimos 3 meses y tiene una mayor expectativa de vida” lo cual era falso, confirmó el hijo de Martha.

18 días después de la fecha que ella había elegido para morir, un juez ordenó que se le realizara la eutanasia a la mujer, dándole un plazo de 48 horas a la clínica para que coordine con Martha la nueva fecha para reanudar el procedimiento.

El juzgado 20 civil de Medellín confirmó que el Instituto Colombiano de Dolor había violado el derecho de Sepúlveda a morir dignamente, sometiéndola a vivir una vida indigna. Luego de estas declaraciones, los abogados de la mujer recomendaron al ministerio que reformule la resolución para que las reglas estén claras, “Quienes quieren ejercer su derecho a morir dignamente no deben tener miedo a hacerlo público, quien ejerce su derecho jamás debe esconderse”.

Finalmente, Martha podrá morir de la forma que deseaba, convirtiéndose en la primera mujer colombiana en acceder a la eutanasia sin ser una paciente terminal.