'Escucho voces hablándome' | La historia del joven colombiano que sufre de trastorno esquizoafectivo

Salud Mental

Las alucinaciones auditivas comenzaron cuando Michael eran un niño, situación que se convirtió en una tortura psicológica que lo llevó al borde del suicidio.

Imagen con fines ilustrativas / Pexels/Sebastiaan

Michael Vargas Arango, un joven colombiano de 22 años diagnosticado con un trastorno esquizoafectivo de tipo mixto y un trastorno de personalidad emocionalmente inestable, ha logrado transformar su difícil experiencia en una plataforma para desafiar estigmas sobre la salud mental.

Desde una edad temprana, Michael experimentó lo que él describe como "presencias extrañas" en ciertos lugares o al estar cerca de ciertas personas, lo que para otros parecía un "don", pero para él se convirtió en una tortura psicológica que lo llevó al borde del suicidio.

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"Cuando tenía un bajón emocional empezaba a sentir como si hubiera una presencia, sentía como si alguien me estuviera apuñalando la columna, es algo muy raro de explicar", aseguró.

Durante uno de sus peores momentos, intentó terminar con su vida ingiriendo un frasco de pastillas, un intento fallido que lo llevó a buscar ayuda profesional y recibir su diagnóstico: "Yo me tomé un tarro de pastillas y estoy vivo porque vomité, la verdad".

La infancia de Michael fue solitaria, marcada por experiencias que, en retrospectiva, mostraban señales de su condición mental. Recuerda jugar aunque en su mente no estaba solo, ya que compartía esos momentos con un amigo imaginario llamado Felipe que vestía igual que él, lo que preocupaba profundamente a su madre.

"Ella dice que me veía, por ejemplo, en las escaleras de la casa jugando ajedrez solo, jugando Xbox solo", recuerda Michael.

Sin embargo, fue solo con el tiempo y después de muchos episodios inquietantes que se confirmó que Michael sufría de una condición mental grave.

Las alucinaciones auditivas han sido una constante en la vida de Michael, a menudo manifestándose como voces que hablan en un idioma que no entiende, lo que contribuyó a la creencia entre quienes lo rodeaban de que tenía algún tipo de habilidad especial.

Aseguró que a veces actuaba como alguien ajeno a él mismo: "Empezaron a pasar cosas que me hicieron dudar mucho de mi memoria: como que tenía muchos recuerdos que yo sentía que no me pertenecían. Yo sentía como si estuviera compartiendo cuarto en mi mente, como que yo no fuera la única persona que conducía mi cuerpo", asegura el joven.

Sin embargo, estas alucinaciones no siempre fueron malignas; en el momento de su intento de suicidio, las voces estaban ausentes, lo que Michael interpreta como una señal de que no todas las personas con su condición escuchan voces que les incitan a hacer daño.

Su decisión de intentar acabar con su vida estuvo motivada, en parte, por la desesperación y la creencia de que, debido a su condición, no podría contribuir positivamente a la sociedad.

Este evento extremo, aunque devastador, resultó ser un punto de inflexión en la vida de Michael. A través de un tratamiento psiquiátrico, pudo comprender mejor su condición y empezó a educarse sobre su enfermedad. Descubrió que su abuelo, quien también mostraba signos de inestabilidad mental, podría haber tenido una enfermedad similar, lo que le hizo reflexionar sobre la posible herencia genética de su trastorno.

Además, Michael cree que un abuso sexual que sufrió en su infancia pudo haber contribuido al desarrollo de su enfermedad, un episodio que recuerda con dolor, aunque también con una especie de alivio oscuro tras la muerte de su agresor.

En la actualidad, Michael lleva una vida relativamente normal. Estudia psicología en Miami y mantiene una relación sentimental con una persona que lo apoya. Sin embargo, no ha dejado de luchar contra los estigmas asociados a su diagnóstico.

Inspirado por una conversación con su pareja, decidió participar en un concurso de podcasts organizado por NPR, donde compartió su historia en un episodio titulado "The Monsters We Create" (Los Monstruos que Creamos). Este relato, que incluía efectos sonoros para simular las voces que escucha, le valió el primer lugar en la competencia, superando a estudiantes de prestigiosas universidades de Estados Unidos.

A través de su podcast, Michael expuso los prejuicios comunes sobre la esquizofrenia, preguntando a sus compañeros cómo reaccionarían si alguien cercano a ellos tuviera esta condición.

Michael continúa su misión de derribar barreras y cambiar la percepción sobre las enfermedades mentales, afirmando que, aunque todos tienen problemas, no deben dejarse definir por ellos. En lugar de eso, las personas pueden y deben luchar por alcanzar su potencial, independientemente de las dificultades que enfrenten

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