¡Increíble! Capilla de los Huesos, un recordatorio de la naturaleza transitoria de los seres humanos
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La capilla forma parte de la Iglesia de San Francisco, en Évora, Portugal, donde además se exhiben obras artísticas.
Desde tiempos remotos, filósofos y poetas han tratado de explicar la fugacidad de la vida humana. El adagio latino “Tempus fugit”, que quiere decir “el tiempo vuela”, retumba como un recordatorio de que la existencia de los seres humanos es limitada.
Reflexionar sobre la fragilidad de la vida parece haber sido el modelo de inspiración de los que construyeron la famosa Capilla de los Huesos [Capela Dos Ossos], que forma parte de la Iglesia de San Francisco, un núcleo museológico ubicado en Évora, Portugal.
El complejo está ligado a los primeros franciscanos que arribaron a Évora en 1224, procedentes de Galicia, España.
Del primitivo convento solo sobreviven restos de una iglesia gótica y parte del claustro construido en 1376.
Los reyes estaban interesados en instalar su palacio en Évora en una parte del convento, lo que significó la construcción de una nueva iglesia que permitiera ofrecer más dignidad al palacio real. Las obras continuaron y, por su grandeza artística y arquitectónica, llegó a ser conocido en el siglo XVI como el “Convento de Oro”.
Felipe II de Portugal (Felipe III de España) terminó entregándolo a los franciscanos, que por el siglo XVI contrataron a importantes maestros para la decoración de la capilla y otros espacios, elevando su carácter devocional y artístico.
Sin embargo, con la extinción de las órdenes religiosas en 1834, el edificio experimentó un rápido declive, pero se mantuvieron la iglesia y la Capilla de los Huesos.
Entre los años 1892-1895, el convento se vendió en subasta pública a Francisco Barahona, quien mandó a construir las viviendas que hoy existen en esa zona, pero colaboró en la restauración, tanto de la Iglesia de San Francisco como de la Capilla de los Huesos.
Ambas fueron sometidas a extensos trabajos de rehabilitación entre 2014 y 2015, alcanzando “su dignidad funcional y patrimonial”, como describe la guía de recorrido por este complejo.
Una capilla hecha con huesos
La capilla, construida en el siglo XVII, es fiel a un modelo en crecimiento en aquel momento y que buscaba “provocar mediante la imagen la reflexión sobre la transitoriedad de la vida humana y el consecuente compromiso de una permanente vivencia cristiana”.
Así las cosas, los pilares y las paredes de la capilla están revestidos con miles de cráneos y huesos que provienen del área de enterramientos del convento.
El techo abovedado está decorado con frescos de 1810, en los que se observan pasajes bíblicos y de la Pasión de Cristo.
En el complejo compuesto por la Iglesia de San Francisco y la Capilla de los Huesos también se puede observar un museo en el que se exhibe arte sacro, orfebrería, esculturas y obras de pintores portugueses.
En otras galerías se observan numerosos nacimientos de artesanos portugueses y extranjeros y la colección particular del mayor general Fernando Canha da Silva y su esposa doña Fernanda Canha da Silva.
En 2016, la Iglesia de San Francisco recibió el Premio Nuno Teotónio Pereira como mejor rehabilitación de edificio y, en 2017, el Premio Nacional de Rehabilitación Urbana como mejor intervención de restauración.
Con datos de la guía de recorrido de la Iglesia de San Francisco y experiencia personal en este complejo museístico.