Tragedia | Pareja graba el momento preciso en que un oso se los come
Como sacado de una película de terror, una pareja de exploradores grabó el momento preciso en que un oso grizzly literalmente se los comió. El crudo desenlace quedó registrado en una videograbadora que la pareja utilizaba en sus excursiones.
La muerte de Timothy Treadwell de 46 años y su novia Amie Hugenard de 37 ha pasado a la historia como uno de los ataques animal más crudos y terribles del que se tiene conocimiento, luego que un oso grizzly los atacara en el Parque Nacional Katmai, en Alaska, Estados Unidos y quedara grabado en video.
Treadwell llevaba más de 13 años dedicando su vida al cuidado y preservación de la vida silvestre, en especial la de este animal, que finalmente terminó con su vida. Durante su vida como ecologista registró absolutamente todos los movimientos que estos ejemplares realizaban en la reserva natural, sus movimientos, hábitat, búsqueda de comida, hibernación y hasta peleas.
"Hay momentos en que mi vida está al borde de la muerte. Estos osos pueden morder y matar. Y si soy débil, pierdo. Amo a los osos con todo mi corazón. Los protegeré y moriré por ellos. Pero no moriré por sus garras y patas. Lucharé y seré fuerte", dijo durante una entrevista.
El día de la tragedia
Treadwell y Hugenard se encontraban acampando en el Parque Nacional Katmai, en Alaska, con el fin de registrar el periodo de hibernación de los osos tras acabado el verano. Aunque ambos sabían el peligro que representaba aquello debido a que los osos se encontraban hambrientos y ya habían presenciado la brutal pelea entre dos grizzly por una presa, la pareja decidió seguir adelante con el plan.
Un día antes de que el piloto del hidroavión los recogiera, un oso de unos 4 metros de altura arremetió contra el campamento de la pareja en medio de la oscuridad. Inmediatamente, uno de los dos, no se sabe quién, encendió la cámara sin quitar la tapa, presumiblemente, para captar como es el encuentro del animal hambriento con un ser humano.
En el audio se puede escuchar los gritos de Treadwell siendo devorado por el oso. El sonido de la lluvia golpeando la carpa se combinaba con los gritos de desesperación de la mujer, quien tan solo le puede decir a su amado “que se haga el muerto”, mientras el feroz animal lo desmiembra.
En un momento, se escucha un silencio penetrante que es interrumpido por los alaridos de Amie, quien ahora es la nueva víctima del mamífero. Tras seis minutos de un escalofriante escenario, todo se calma y el audio, que no está completo al alcance del público, se termina.
Quien se dio cuenta de la muerte de ambos fue Willy Fulton, el piloto que los fue a buscar al lugar de recogida acordado. 24 horas antes había hablado con Timothy para pactar el viaje, pero en cuanto aterrizó en el Parque Nacional Katmai advirtió algo extraño. El silencio del lugar lo impactó. No había ninguna persona allí, y a pesar de llamarlo a los gritos, no obtuvo respuesta.
Entonces decidió volar hacia donde se alojaba la pareja y vio la peor imagen. El campamento estaba destruido y en el lugar había un oso agachado comiendo una caja torácica.
Cuando las autoridades llegaron al campamento, divisaron restos humanos esparcidos por las cercanías. La mitad del brazo de Timothy aún conservaba su reloj pulsera. Los guardaparques mataron al oso que aún seguía allí y cuando abrieron su estómago descubrieron restos humanos y ropa.
Sin embargo, lo más impactante fue que la cámara de video había grabado el feroz ataque con la tapa puesta, por lo que solo logró capturar el sonido. En el audio se oye a Amie gritando "¡Sal de acá!", gritos y rugidos. Pero por la sensibilidad y crudeza del material, muy pocas personas tuvieron acceso a él y la recomendación fue que se destruyera.
Irrespetó el espacio de seguridad de los osos
Tras haber estado más de una década investigando el comportamiento de los osos, fue perdiendo el temor hacía ellos y cada vez se acercaba más para poder registrarlos. Según dicen algunos documentales, empezó a irrespetar el espacio de seguridad.
Timothy los rastreaba para acercarse a ellos y tocarlos. Consideraba que había lograba conectar e interaccionar con ellos.
Algunas personas que lo conocían y que trabajaron con él aseguraban que Timothy actuaba como si los osos fueran personas disfrazadas y no animales salvajes. Su hipersensibilidad hacia la naturaleza lo hacía llorar cuando encontraba a algún animal muerto, le hablaba a los cadáveres, los acariciaba y dedicaba sentidas palabras, que eran grabadas por su cámara.