Miles de tailandeses acampan en Bangkok para el funeral del rey Bhumibol

Ciudadanos hacen cola para asistir a la ceremonia de cremación real en el área de Sanam Luang, cerca del Gran Palacio de Bangkok (Tailandia) este 24 de octubre / EFE
Efe
24 2017 - 07:48

Miles de tailandeses acamparon hoy cerca del Gran Palacio Real de Bangkok para asistir al funeral entre mañana y el domingo del monarca Bhumibol Adulyadej, que falleció el 13 de octubre del año pasado a los 88 años.

Sobre esterillas en el suelo y con paraguas para protegerse de la lluvia, los acampados visten de negro y portan fotografías del fallecido soberano, que será incinerado el jueves en una ceremonia budista en la plaza de Sanam Luang.

Algunos llegaron anoche y esperan permanecer hasta el domingo, cuando los funerales finalizarán con el depósito las cenizas del soberano en los templos Rajabodpidh y Bovoranives.

Se estima que entre 250.000 y 300.000 personas asistan a los rituales funerarios en torno a la plaza, situada al lado del Gran Palacio Real, entre estrictas medidas de seguridad.

Un portavoz de la oficina organizadora de la exequias indicó a Efe que unos 58.000 policías velarán por la seguridad durante estos días en Bangkok, donde las calles cercanas a Sanam Luang estarán cortadas al tráfico.

La reina Sofía de España, la reina Máxima de Holanda, la reina Silvia de Suecia, el príncipe Andrés de Inglaterra y miembros de diversas monarquías asiáticas, como la de Bhutan, figurarán entre los asistentes el jueves a la exequias de Bhumibol.

En la agenda de la reina emérita de España en la capital tailandesa -adonde llega hoy martes y que abandonará el próximo viernes-, asimismo destaca un almuerzo que ofrecerá en su honor la princesa Sirindhorn, segunda hija del soberano fallecido.

Las autoridades tailandesas han cifrado en más de 12 millones el número de súbditos que han visitado los restos mortales del rey Bhumibol durante el tiempo que permanecieron expuestos en el Gran Palacio Real de Bangkok tras su muerte.

El monarca murió en un hospital de la capital tailandesa donde había estado ingresado de manera casi ininterrumpida durante más de un año tras siete décadas de reinado, lo que le había convertido en el más longevo de su país y el decano de jefes de Estado del mundo.

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