¡Terrible! Le donó un riñón a su jefa y luego la botan durante la recuperación por no ir a trabajar
La historia de Debbie Stevens, de 47 años, acaparó los titulares de los medios estadounidenses. Es que la mujer supo que su jefa, Jackie Brucia de 61 años, padecía una grave enfermedad, que necesitaba un trasplante de riñón y ella se ofreció a ser la donante. Lo que menos imaginó es que su jefa la echaría del trabajo tras la operación.
Aunque el órgano de Debbie finalmente no fue compatible para su jefa, ella igual terminó donando su riñón a otro paciente. Su jefa recibió, en cambio, el órgano de otra persona.
El caso es que mientras Stevens reposaba en su casa tras haber pasado por el quirófano y para reponerse de algunas molestias del postoperatorio, comenzó a recibir llamados de su jefa (la mujer trasplantada), quien aparentemente le recriminaba por qué estaba faltando al trabajo. "¿Qué estás haciendo? ¿Por qué no estás en el trabajo? No se puede entrar y salir cuando se te de la gana. La gente va a pensar que tienes privilegios", le dijo la mujer a Stevens.
Según relató la mujer, su jefa comenzó a recriminarle errores laborables de la concesionaria donde las dos trabajan. Con el paso de las semanas, Stevens fue trasladada/ a otra sede, a 50 kilómetros de su casa, en un barrio que –según dijo- es considerado como un castigo para los empleados de la compañía. Ante tales presiones, la empleada acudió a un psicólogo, que remitió una carta a la empresa. Como respuesta, la mujer fue despedida.
"Decidí convertirme en donante de riñón para mi jefa, y ella se llevó mi corazón", lamentó Stevens. "Me siento muy traicionada. Esta fue una experiencia muy dolorosa y horrible. Ella tomó mi regalo, lo puso en el suelo y lo pateó", explicó desilusionada.
Sin embargo, no se arrepiente de su acto: "Salvé la vida de un hombre en Missouri", donde fue a parar su riñón, según informa The New York Times.
A partir de esta situación, Debbie presentó una demanda ante la Comisión de Derechos humanos de Nueva York. Sus reclamos no sólo consisten en recibir una compensación económica por el maltrato, sino en que le devuelva el riñón.
Este caso ocurrió en 2011 y Debbie aún sigue luchando por recibir justicia.
Se sabe que, actualmente, Debbie Stevens está desempleada.