La insólita historia de una perrita que heredó millones de la 'reina de la maldad'
Historias del mundo
¿Mascotas con herencias millonarias? Es más frecuente de lo que creemos.
Si alguna vez has pensado en lo que harías con una fortuna, probablemente no has considerado dejar millones de dólares a tu mascota. Bueno, no eres Leona Helmsley. Conocida como "la reina de la maldad" (un apodo que, seamos honestos, suena sacado de una telenovela), dejó una huella indeleble en Nueva York y en la memoria colectiva con su extravagante vida y sus decisiones controvertidas. Pero, sin duda, la más llamativa de todas fue dejar 12 millones de dólares a su perrita maltés, Trouble.
La vida de Leona Helmsley
Antes de hablar de la famosa can, vamos a ponernos en contexto. Leona Helmsley, nacida como Lena Mindy Rosenthal, era una empresaria hotelera que, junto con su esposo, Harry Helmsley, construyó un imperio inmobiliario en Nueva York. Dueña de hoteles de lujo, incluyendo el icónico Helmsley Palace, Leona era conocida por su comportamiento autoritario y por ser extremadamente exigente. Esto le ganó el apodo de reina de la maldad, especialmente después de que se filtraran historias sobre su trato despótico hacia los empleados.
En 1989, Leona fue condenada por evasión fiscal, entre otros cargos, y pasó 18 meses en prisión. Durante su juicio, una de las citas más famosas atribuidas a ella fue: "We don’t pay taxes. Only the little people pay taxes" ("Nosotros no pagamos impuestos. Solo la gente pequeña paga impuestos"). Aunque ella negó haber dicho esto, la frase recogió la percepción pública de su personalidad.
Trouble, la heredera canina
Ahora, entremos en materia. Leona y Harry no tenían hijos juntos, pero eso no significaba que su fortuna no tuviera un destino. Al morir en 2007, Leona sorprendió al mundo al dejar una parte considerable de su herencia a su perra: Trouble. Imagina la sorpresa (y la indignación) de sus familiares y de la opinión pública cuando se enteraron de que la pequeña maltesa iba a vivir como una verdadera reina canina.
El testamento de Leona destinaba 12 millones de dólares a un fondo para su cuidado. Este dinero iba a cubrir sus necesidades hasta el final de su vida, lo que incluía, según se reportó, un guardaespaldas de tiempo completo. Y sí, lo has leído bien: un guardaespaldas para un perro.
Los desheredados
El testamento de Leona no solo beneficiaba a Trouble. También contenía estipulaciones bastante estrictas para sus familiares. Dejó fuera de la herencia a dos de sus nietos "por razones que conocen", lo cual generó un montón de especulaciones y chismes. Los otros dos nietos no lo tenían tan fácil: para recibir su herencia, tenían que visitar la tumba de su padre (el hijo de Leona) al menos una vez al año.
No pasó mucho tiempo antes de que el testamento de Leona fuera impugnado en los tribunales. Finalmente, un juez decidió reducir la cantidad destinada a la mascota de 12 a 2 millones de dólares.El resto de la herencia fue redistribuido entre los herederos y organizaciones benéficas. ¿El resultado? Trouble todavía tenía una vida más lujosa que la mayoría de los humanos, pero con una cifra más razonable.
La vida de Trouble después de Leona
Después de la muerte de Leona, Trouble fue llevado a vivir en una de las propiedades de la familia en Florida para protegerla de innumerables amenazas de muerte. Allí, disfrutó de todas las comodidades que su herencia le permitía. A pesar de la reducción de su fondo, 2 millones de dólares seguían siendo más que suficientes para asegurar que la mascota viviera una vida llena de lujos hasta su muerte en el 2011.
Otra voluntad del testamento de Leona especificaba que la perrita fuera enterrada junto a ella y su esposo Harry en el mausoleo familiar de Sleepy Hollow, cosa que no fue posible porque no se permiten mascotas en ese cementerio y tuvo que ser finalmente incinerada.
Después de su muerte, el diario Daily News reportó que a Trouble nunca le faltaron cuidados ya que Carl Lekic, director general del hotel Helmsley Sandcastle de Sarasota, donde vivía la perrita, gastaba en ella 100 mil dólares año en cuidados, aseo, comida y seguridad durante las 24 horas del día.
La historia de Leona Helmsley y su perrita Trouble es un recordatorio de cómo las grandes fortunas pueden dar lugar a situaciones extravagantes y, a menudo, ridículas. Nos hace preguntarnos sobre las prioridades y el sentido de la justicia cuando se trata de legados y herencias. ¿Realmente necesitamos 12 millones de dólares para asegurar el bienestar de un perro? Probablemente no. Pero, al menos, nos dejó una historia fascinante y llena de chismes para recordar y contar.
Y aunque no lo creas no es la única, existen más historias de este tipo de lo que imaginamos y a pesar de que parecen extravagantes o incluso ridículas, resaltan la profunda conexión que algunas personas sienten con sus mascotas.
En muchos casos, estos animales brindan compañía y consuelo, especialmente a aquellos sin familiares cercanos. La idea de asegurar que sus mascotas sean cuidadas después de su muerte lleva a algunos a tomar decisiones financieras que pueden parecer exageradas, pero que para ellos tienen un gran significado emocional.