Egipto va por el récord Guinness del puente en suspensión más ancho del mundo
El Cairo/Una compañía constructora egipcia ha solicitado hoy el registro en el libro Guinness de los récords del puente Tahia Masr (Viva Egipto), una obra que atraviesa el sector norte del Nilo en El Cairo y que, con sus 66,8 metros de amplitud, se convertirá en el puente en suspensión más ancho del mundo.
El puente, que se empezó a construir en 2015 junto a otros megaproyectos nacionales, como la nueva capital administrativa que Egipto está erigiendo en medio del desierto, está a punto de ser inaugurado y pretende desbancar al canadiense Port Mann Bridge, cuyos 65,235 metros de ancho le hacen ostentar el primer puesto desde 2012.
El director ejecutivo de Guinness Records en Egipto, Ahmed Moukled, dijo a Efe que el Tahia Masr será registrado "en los próximos días", tras la "finalización de los trabajos y la apertura" del puente.
Añadió que la petición de incluir la obra en el registro de marcas mundiales fue realizado por la compañía egipcia Arab Contractors, que está ultimando la inauguración del puente en colaboración y bajo la supervisión de la Autoridad de Ingeniería de las Fuerzas Armadas de Egipto.
El Tahia Masr se integra dentro de la construcción de la circunvalación Rod al Faraj, que, según explicó a Efe Mohamed Mohsen, ingeniero de Arab Contractors, se convertirá en "la conexión vital entre el este y el oeste de El Cairo" y también facilitará el acceso a la capital desde otras provincias del país.
El ingeniero indicó que el puente contará con seis carriles en cada sentido de la circulación y un total de 31 accesos y salidas, una obra faraónica en la que han participado alrededor de 4.000 operarios.
Según el ingeniero, las dos fases de construcción que ya han concluido del proyecto han supuesto un coste de unos 9.000 millones de libras egipcias (unos 527 millones de dólares).
No obstante, esta construcción no queda exenta de polémica.
El que será el puente en suspensión más ancho del mundo, que también atraviesa la empobrecida isla de Warraq, en el norte de El Cairo, ha sido motivo de contienda entre los residentes locales el Gobierno egipcio, que pretende remodelar el barrio para convertirlo en una zona turística.
El conflicto empezó en 2017 después de que el Gobierno anunciara expropiaciones y la demolición de 700 edificios, unas medidas que enfurecieron a los vecinos y acabaron en julio de ese año en enfrentamientos con la policía que se saldaron con una muerte y decenas de heridos, según informaron entonces medios estatales.