¿De dónde viene la tradición de los huevos de Pascua?
Semana Santa
Las culturas antiguas dieron muy diversos significados al huevo entre ellos fertilidad, esperanza y renacimientos, pero los primeros cristianos los consideraron como un símbolo de la resurrección de Jesucristo.
Es por esto que en la Edad Media, cuando llegaba la Pascua los huevos, que eran de gallina o de pato, se pintaban de colores y se consideraban objetos muy preciados. Representaban el regocijo y la vuelta a la alegría después de las restricciones de la cuaresma.
Durante este periodo, los creyentes no podían consumir varios alimentos, entre ellos lácteos y huevos. Con el fin de mantener los huevos frescos, los fieles los bañaban con una capa de cera para luego regalarlos al ir a las iglesias cuando llegaba la Semana Santa.
Con el tiempo, estas tradiciones se incorporaron a la festividad de Pascua de Resurrección y hoy en día el huevo de Pascua es un símbolo universal. Para muchos, el huevo se asemeja a la resurrección como un símbolo de vida nueva.
Fue así como con el paso del tiempo se asentó la costumbre de celebrar la Pascua regalando y consumiendo huevos.
No es hasta el siglo XIX en Alemania, Italia y Francia, cuando aparecen los primeros huevos hechos con chocolate con pequeños regalos adentro. Las diversas culturas fueron decorando de manera diferente los huevos. En sus comienzos, eran pintados a mano con colores estridentes que representaban la luz del sol.
Actualmente, en algunos países de Europa, como Italia, en el Domingo de Ramos muchas familias llevan huevos a la iglesia para bendecirlos y consumirlos en el Domingo de Resurrección.
Al mismo tiempo que esta costumbre se fue popularizando, se empezó a añadir más detalles a los huevos al regalarlos como pintarlos de diferentes colores o decorarlos para que le vean más atractivos.
Por otro lado, en las iglesias de Estados Unidos los niños realizan una búsqueda de huevos de chocolate o de plástico con golosinas dentro, costumbre se ha popularizado en otras partes del mundo. La razón principal es por el gozo de la resurrección del Señor que es dulce.