Un sarcófago de plomo y unas manos de piedra en las entrañas de Notre-Dame

Foto archivo de la catedral de Notre Dame en París / AFP
Afp
15 2022 - 10:06

París, Francia/Un sarcófago de plomo y unas delicadas manos de piedra tallada: las entrañas de la catedral de Notre Dame de París, abiertas durante las obras de reconstrucción, han dejado al descubierto importantes restos arqueológicos que podrían remontarse al siglo XIV.

Los vestigios fueron hallados justo en el cruce del transepto con la imponente nave del templo gótico.

Notre Dame sufrió un incendio que derrumbó toda la estructura del tejado el 15 de abril de 2019, y como parte de los trabajos de reconstrucción se tiene que instalar un enorme andamio de unos 100 metros de altura en ese cruce.

Ese andamio servirá para reinstalar la aguja del templo.

Fue para garantizar la solidez del suelo, unos 100 m2, que se iniciaron las excavaciones.

Esas pesquisas han puesto al descubierto todo un entramado de calefacción subterránea, del siglo XIX. Entre esas canalizaciones, hechas de ladrillo, apareció el sarcófago antropoformo, cuyo plomo aparece deformado por el peso de la tierra y las piedras, constataron los periodistas.

A pocos metros, a los pies del coro de Notre-Dame, los arqueólogos trabajan intensamente para desenterrar otro hallazgo de gran valor: los restos de un antiguo jube o coro alto.

El jube era un coro de piedra, ornado de figuras esculpidas, que durante siglos separó el coro del resto de la nave. El de Notre Dame fue construido hacia 1230 y destruido a principios del siglo XVIII.

La Iglesia católica fue variando su liturgia a lo largo de los siglos, y ese jube, que separaba a los fieles del oficio, perdió su sentido, explicaron los expertos.

Como sucedía muy a menudo en la época, las piedras eran reutilizadas en la misma obra.

Este martes, a apenas unos centímetros de la superficie, un arqueólogo limpiaba con delicadeza unas manos talladas y extendidas, como implorando.

En unas cestas de plástico, ya retirados del suelo, sobresalían el busto de un hombre barbudo y vegetales esculpidos, con restos de la pintura con la que fueron creados.

Tejidos y cabellos

"El descubrimiento de este sarcófago permitirá conocer mejor las prácticas y los ritos funerarios" de la Edad Media, explicó Dominique García, presidente del Instituto Nacional de Investigaciones arqueológicas.

No son los primeros yacimientos humanos hallados en Notre Dame, que desde su construcción ha servido de camposanto, en especial de los responsables del templo, o de personalidades religiosas.

Pero nunca se había hallado hasta la fecha un sarcófago tan bien conservado, coinciden esos expertos.

Los arqueólogos han podido introducir por el momento una minicámara endoscópica dentro del sarcófago. "Se pueden vislumbrar trozos de tejidos, cabellos y sobretodo una almohada de hojas encima de la cabeza, un fenómeno bastante conocido" cuando se enterraba a jerarcas religiosos, explicó Christophe Besnier, arqueólogo responsable de la excavación.

"El hecho que esos elementos vegetales estén aún en el interior demuestra a priori un estado de conservación muy bueno" del cuerpo, añadió este experto.

Personaje desconocido

Por el momento se desconoce quién podría ser el difunto, aunque el emplazamiento apunta a que fue un personaje de importancia, en los albores de la vida de un templo legendario.

"Es una gran emoción, esta catedral representa toda la historia de París, y hallarse ante estos vestigios es extremadamente impresionante", declaró la ministra de Cultura, Roselyne Bachelot, a los pies del sarcófago.

Notre Dame empezó a ser construida hacia 1163, y las obras se prolongaron dos siglos. A mediados del siglo XIX el arquitecto Viollet-Le-Duc dirigió una importante reconstrucción, dotando la fachada de sus famosas gárgolas y la aguja que coronaba el tejado.

Los expertos deben apresurarse, porque solo podrán excavar hasta el 25 de marzo. Luego deberá proseguir la reconstrucción del tejado, para que la catedral pueda ser reabierta al público en 2024, explicó el responsable de la obra, el general retirado Jean-Louis Georgelin.

"Mi trabajo consiste en controlar los plazos y reabrir esta catedral en 2024, y hay que sopesar todos los elementos. Siempre es necesario un equilibrio", indicó

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