París descubre los tesoros de su Casa de la Moneda

Útiles antiguos utilizados expuestos en la Casa de la Moneda francesa / EFE
Efe
29 2017 - 06:22

Oculta durante siglos, la Casa de la Moneda francesa abre sus puertas al público en forma de nuevo museo instalado junto a la más antigua factoría del mundo, en la que los visitantes podrán ver el trabajo cotidiano de producción de monedas, medallas y objetos artísticos.

La visita al lugar, una hectárea de palacetes neoclásicos ubicada en la orilla sur del Sena, a dos pasos del Louvre y del museo de Orsay, permitirá convivir con los trabajadores que acuñan monedas de hasta 40 países, cincelan medallas diseñadas por artistas internacionales, tallan las legiones de honor francesas o funden el metal con el se que esculpen los premios César del cine francés.

"Nuestra particularidad es que acercamos la manufactura al arte. Los gestos de nuestros artesanos son gestos de artistas", asegura con orgullo Aurélien Rousseau, el presidente de una institución creada en el año 864 y que ha perdido el complejo de mostrar sus tesoros.

Durante siglos, reconoce Rousseau, lo que sucedía dentro de los muros de esta institución, instalada en el centro de París en el siglo XVIII, era casi un secreto de Estado, cuando no abrazaba la vergüenza que acompaña al vil metal.

Ahora, la Casa de la Moneda quiere mostrar que de las manos de su medio centenar de trabajadores salen piezas de arte, además de las monedas que, cotidianamente, pasan por las manos de los ciudadanos.

"Una moneda es una pequeña escultura", asegura el presidente de la institución, que se vanagloria de que en ningún otro museo del mundo los visitantes podrán asistir en directo al trabajo real de producción de esas pequeñas obras de arte.

Lo harán a través de enormes vitrinas que separan la fábrica del museo, donde se ha creado un recorrido en el que, de forma interactiva, el público podrá descubrir el proceso de creación de una moneda, la historia de las mismas y algunos de los tesoros que alberga la institución.

La experiencia permite comprobar la minuciosidad de un oficio en el que cada gesto tiene una consecuencia y es medido de forma precisa.

La mecanización actual, casi de trabajo en cadena, contrasta con el carácter artesano de sus antecesores, empezando por la moneda del rey lidio Creso mostrada en el museo y considerada la más antigua del mundo, de entre 561 y 541 años antes de Cristo.

El museo expone algunas de las máquinas y objetos que sirvieron para acuñar las primeras monedas e, incluso, permite que se usen con diferentes juegos interactivos, uno de los cuales permite fabricar su propia pieza.

Pero la Casa de Moneda, creada por los reyes de Francia para hacer sus dineros, quiere también mostrar que ha evolucionado con el tiempo.

En la actualidad, el grueso de las monedas corrientes que se producen se hacen en la planta creada en la década de los años 70 del siglo pasado en Pessac, cerca de Burdeos.

La factoría de París está esencialmente dedicada a la creación de medallas de coleccionistas, joyas u objetos de prestigio.

Una actividad que, con el tiempo, ha desplazado a la de producción de monedas corrientes como principal fuente de ingresos de este organismo público.

La institución es consciente de que la generalización de las tarjetas de crédito y de otras formas de pago desmaterializado, como los teléfonos móviles, condena a las monedas a la desaparición a medio plazo.

Desde hace años, la experiencia de la institución se pone así al servicio de prestigiosos artistas que, desde Dali al modisto Jean-Paul Gaultier, han diseñado medallas que son troqueladas en la Moneda, como se conoce popularmente a la institución.

Una actividad que continúa y que permite la elaboración de piezas que, como la que acaba de diseñar el cocinero Guy Savoy, tienen un valor de 150.000 euros.

En busca de nuevas inspiraciones, la Moneda abrió en 2014 una amplia sala de exposiciones dedicada al arte contemporáneo cuya actividad pretenden revitalizar con la apertura del museo.

Además, los patios y jardines de la institución permanecerán abiertos al público y en ellos también se instalarán obras de artistas contemporáneos.

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