La muerte de Van Gogh, un enigma de calibre 7
El arma artífice de una de las muertes más misteriosas de la historia del arte, la de Vincent Van Gogh, se expone estos días en París -donde será subastada mañana miércoles- como testigo mudo del supuesto suicidio del genio holandés.
El arma, un revólver Lefaucheux, fue encontrada hacia 1960 por el cultivador del campo donde supuestamente Van Gogh se suicidó y se estima que será vendida por entre 40.000 y 60.000 euros.
Grégoire Veyres, responsable de la puja de la parisina casa Drouot, explicó a EFE las pistas que indican que efectivamente se trata del arma que puso fin a la vida del artista.
El calibre del revólver, de 7 mm, se corresponde con el de la bala encontrada en el cuerpo de Van Gogh.
El gatillo está en posición abierta, lo que significa que acababa de ser disparada.
Además, el mal estado del Lefaucheux se explica por el hecho de que haya permanecido bajo tierra entre 50 y 80 años, lo que correspondería al año 1890.
El revólver se presentó oficialmente y por primera vez al público en 2012, coincidiendo con la publicación del libro "Aurait-on retrouvé l'arme du suicide?" (¿Hemos encontrado el arma del suicidio?). Fue expuesto posteriormente en el museo Van Gogh de Ámsterdam entre julio y septiembre de 2016.
El arte de Van Gogh estuvo fuertemente marcado por el impresionismo, aunque nunca respetó sus códigos. Su obra no quiso adherirse a ningún movimiento.
Su genialidad fue de la mano de su inestabilidad, y los períodos de mayor creación se sucedieron a su más famoso ataque de locura. En 1888, tras un fuerte discusión con Paul Gauguin, Van Gogh se cortó una oreja (aunque otras teorías dicen que fue el francés quien se la seccionó).
Fue ese mismo año cuando ingresó en un asilo psiquiátrico después de este incidente y, durante el año que duró su estancia, pintó algunas de sus mayores obras de arte, caracterizadas por los motivos en espiral, al estilo de "La noche estrellada".
Van Gogh sale del psiquiátrico en mayo del 1890, cuando se instala en un albergue en Auvers-sur-Oise, al norte de París. Es allí donde, meses más tarde, a sus 37 años, pierde la vida.
Durante esta época previa a su muerte, Van Gogh se encuentra en el apogeo de su arte, y pinta más de un cuadro por día, pero su inestabilidad mental se acentúa a finales de julio.
El domingo 27 de julio de 1890, el artista se dirige a un campo cerca de donde se hospedaba y se dispara en el pecho con un arma que había tomado prestada de su anfitrión. El revólver se le escapa de las manos y se desmaya.
Se despierta al anochecer gravemente herido y emprende el camino al albergue donde, tras dos días de agonía, muere la noche del 29 de julio.
Esta es la teoría sostenida por la mayor autoridad sobre el pintor, el museo Van Gogh de Ámsterdam. Pero la historia de la muerte de uno de los artistas más importantes de la historia del arte se vio alterada por el relato de su última biografía.
"Van Gogh: la vida" fue escrita en 2011 por los estadounidenses Steven Naifeh y Gregory White Smith tras una exhaustiva investigación en la que tuvieron acceso a los fondos del museo Van Gogh y a las cartas que el pintor escribía a su familia, nunca antes publicadas.
La biografía tiraba por tierra la teoría del prototipo de artista atormentado que acaba quitándose la vida. Según esta, Van Gogh fue víctima de un homicidio imprudente.
Una bala disparada por un adolescente conocido del artista habría acabado por error impactando en su pecho. Van Gogh, tratando de salvar al muchacho de la cárcel, dijo haberse disparado queriendo suicidarse.
Una teoría que alimenta aún más la leyenda del artista maldito y la del viejo revólver oxidado que mañana se subasta el miércoles en la ciudad de París.