Leonardo Padura reivindica Cuba y el español al recoger el Princesa de Asturias

Leonardo Padura recibe el Premio Princesa de Asturias / AFP
Afp
23 2015 - 15:49

El escritor Leonardo Padura reivindicó sus dos patrias, su Cuba "formada por tantas mezclas" y "la maravillosa lengua española", al recibir este viernes del rey de España el premio Princesa de Asturias de las letras en una ceremonia en Oviedo.

El teatro Campoamor de esta ciudad del norte de España, lleno con unos 1.600 invitados, acogió la ceremonia de entrega de estos premios, considerados como los Nobel iberoamericanos, con la presencia de alguno de los galardonados como Padura, el cineasta estadounidense Francis Ford Coppola o la economista francesa Esther Duflo.

La ceremonia empezó con el discurso de Leonardo Padura, de 59 años, autor de las novelas policíacas del detective Mario Conde donde refleja la realidad cubana. "Pertenece a una generación que tiene un gran sentido hacia la literatura, la historia y la realidad contemporánea de Cuba", afirmó el rey Felipe VI, que presidió la gala con la reina Letizia.

"Por ello su tierra y su vida son inseparables en su obra, siempre envuelta en un aire melancólico y certero que la hacen tan atractiva y cercana, especialmente para los españoles que llevamos Cuba en el corazón", añadió en referencia al escritor, el primer cubano en recibir este premio.

"Parafraseando a José Martí, puedo decir que dos patrias tengo yo: Cuba y mi lengua", señaló Padura, que acudió a la gala con una pelota y un bate de baseball para homenajear sus partidos de infancia en su barrio Mantilla de La Habana.

"A Cuba, a su cultura y su historia debo todo lo que soy personal y humanamente, porque pertenezco profundamente a la identidad de mi isla, a su espíritu formado por tantas mezclas de origen y credos, a su vigorosa tradición literaria", explicó.

Pero también "pertenezco a la lengua que aprendí en la cuna, con la que me comunico y escribo, a la maravillosa lengua española", afirmó.

Solidaridad con Oriente Medio

Antes conocidos como Príncipe de Asturias, en esta edición, la número 35, estos premios cambiaron de nombre por primera vez en honor de la pequeña Leonor de Borbón, de 9 años, heredera al trono de España tras la proclamación de su padre Felipe como nuevo monarca en junio de 2014.

Dotados con 50.000 euros (unos 56.000 dólares) y una escultura creada por Joan Miró, los premios Princesa de Asturias distinguen a personas o instituciones relevantes en los ámbitos de las artes, las ciencias sociales, la comunicación y las humanidades, la investigación científica, los deportes, las letras, la cooperación internacional y la concordia.

En esta ocasión, los galardones recayeron en Francis Ford Coppola en artes, Duflo en ciencias sociales, el filósofo español Emilio Lledó en humanidades, las científicas Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna o los jugadores de baloncesto de la NBA Marc y Pau Gasol en deportes.

La fundación Princesa de Asturias también reconoció la labor de cooperación internacional de la enciclopedia virtual Wikipedia y en el campo de la concordia distinguió a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que perdió a 18 miembros mientras luchaban en África contra el epidemia del ébola el pasado año.

Con ellos distinguen "a quienes contribuyen al progreso y el entendimiento de la humanidad a quienes con su trabajo, su compromiso, su excelencia y su genio son portadores de los valores profundos que deseamos que nos definan como personas", dijo el rey Felipe.

En la ceremonia estuvo presente la situación política de Oriente Medio, con la guerra de Siria y la reanudación de las hostilidades entre israelíes y palestinos, y la consecuente crisis de refugiados que se generó en Europa.

"Los problemas de estos países que no están tan lejos son muchos más graves que los nuestros y no nos podemos permitir el lujo de darles la espalda", afirmó Duflo, premiada por su labor de lucha contra la pobreza desde un laboratorio del MIT.

Por su parte,el director de "El Padrino" lamentó que, a pesar de su fama, no puede solucionar "los horrores o injusticias del mundo o las muchas dificultades de Oriente Medio surgidas de las decepciones de la Primera Guerra Mundial".

"Ojalá fuera así (...) Puede que un día el cine sea capaz de realizar todos esos milagros", deseó.

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