Histórico edificio con murales de Picasso, al borde del derribo en Oslo
El Bloque Y, histórico edificio de Oslo con murales de Picasso y objeto de un atentado en 2011, parece condenado al derribo tras años de movilizaciones, recursos administrativos, trámites parlamentarios y demandas judiciales.
La Dirección General de Obras Públicas (Statsbygg) ha comenzado a vaciar el interior, planea retirar los murales -dos de los cinco diseñados por el artista español para el complejo gubernamental en el que se incluye- en un mes y completará el derribo a fines de año.
"Los pescadores", que cubre la fachada, y "La gaviota" son fruto de la colaboración entre Picasso, autor del diseño, y el noruego Carl Nesjar, hechos ambos con la técnica de chorro de arena y los primeros murales monumentales ideados por el artista español.
"Los murales están integrados en el edificio, son una unidad arquitectónica. Es el conjunto lo que constituye la obra de arte, sacarlos y colgarlos en otro sitio es destruirla", dice a Efe Ellen De Vibe, directora de planificación urbana de Oslo de 1998 a 2019.
De Vibe ha participado en las protestas iniciadas en 2014 por el Grupo de apoyo para conservar el Bloque Y, organizador de sentadas, manifestaciones y una acampada: hace dos meses fue una de las activistas que se encadenó a su entrada, lo que le costó una multa.
Símbolo de la creación del Estado de bienestar noruego
La importancia del Bloque Y, construido en 1969, es su condición de símbolo de la creación del estado de bienestar noruego, aparte de su valor arquitectónico, sostiene De Vibe.
"Tiene un gran valor simbólico para la socialdemocracia y la reconstrucción de Noruega tras la II Guerra Mundial, vínculos con la ONU y la paz y es una memoria del 22 de julio", dicen Kjersti Hembre y Hanne Sophie Claussen, portavoces del grupo, en referencia a los atentados cometidos por el ultraderechista Anders Behring Breivik.
Breivik puso una bomba en el complejo gubernamental que mató a 8 personas y cometió luego en la isla de Utøya una masacre en el campamento de las Juventudes Laboristas, con 69 muertos.
Hembre y Claussen resaltan que "Los pescadores" fueron un regalo de Picasso al pueblo noruego para un lugar concreto, la fachada, mirando a la plaza y "visible para los peatones", aparte de la interacción entre el Bloque Y y Høyblokka, el edificio principal.
El Gobierno quería derribar todo el conjunto, las críticas hicieron sin embargo que en 2014 decidiera conservar el segundo edificio, no el primero, a pesar de que este apenas sufrió daños.
Planificación urbana había propuesto en 2013 una alternativa al derribo, pero Statsbygg no la estudió, recuerda De Vibe, mientras se continuó con un plan para toda el área aprobado por el Parlamento en junio de 2019 y al que el ayuntamiento dio permiso un mes después.
Ahí empezaron los recursos administrativos por fallos en el proceso, pero distintas instancias los rechazaron, a pesar de instar al Gobierno a recapacitar, por un motivo: el proyecto es legal porque se basa en un plan original que solo contempla el derribo.
El Gobierno apela a temas de seguridad, porque bajo el Bloque Y pasa una circunvalación y a que aplazar el derribo aumentaría un presupuesto ya disparado: los críticos contestan que el edificio es varias décadas anterior al vial y que hay soluciones técnicas, además de que mantenerlo y reducir el área total del complejo sería más barato.
Movilización a nivel internacional
La lucha por conservar el bloque y evitar el traslado de los murales a otro inmueble ha implicado a grupos de defensa del patrimonio y a organismos como la UNESCO, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) y el museo estadounidense MoMA.
Entidades catalanas impulsaron un manifiesto en su defensa, lideradas por el Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña (COAC), que tiene varios murales ideados también por Picasso y Nesjar.
Pero el Gobierno conservador que manda desde 2013 ha desoído las críticas, con el apoyo del Partido Laborista, líder de la oposición, una postura que De Vibe, al igual que otros críticos, cree se debe a que la "precipitada" decisión del derribo se tomó ya en 2011, con el país en "estado de choque", sin que hubiese "un análisis racional".
"Al tomar tan pronto la orden de derribo, se dejó fuera al Bloque Y, hay compromisos que dificultan cambiar de idea. Para algunos es una cuestión de principios y sería una derrota dar marcha atrás", apuntan Hembre y Claussen.
Cuando el Parlamento rechazó hace dos semanas una moción para frenar el derribo, al igual que había hecho antes un juzgado de Oslo, varios colectivos retiraron la demanda presentada por la abogada Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité Nobel Noruego.
La última posibilidad para evitar el derribo
Cuando las vías parecían agotadas, la semana pasada surgió un halo de esperanza para los opositores al derribo: las familias de Nesjar y de Erling Viksjø, el arquitecto del edificio, han enviado una carta a las autoridades municipales denunciando que no se les preguntó en su día sobre si los murales podían ser reutilizados.
Las leyes noruegas exigen el consentimiento del artista para usar de nuevo una obra, pero solo lo dio la familia de Picasso, ya que tras estudiar el tema con Cultura y la organización de derechos de propiedad intelectual, se consideró a este el único autor, ha argumentado el ministro de Administración Local, Nikolai Astrup.
"Han tenido mucho tiempo, esta carta aparece a última hora", ha dicho Astrup, que asegura que el derribo sigue adelante.
Gro Nesjar Greve defiende en cambio que es una obra conjunta de Picasso y de su padre y que la correspondencia entre los dos así lo prueba, además de anunciar que llevarán el caso a los tribunales.
Si la Oficina de Planificación Urbana cree que se ha violado la ley, podría retirar el permiso y paralizar el derribo.