Desfile de las Mil Polleras viste de gala a Las Tablas

El ardiente sol de la región de Azuero no fue impedimento para que miles de panameñas, provenientes de diferentes partes del país salieran a desfilar con sus mejores galas en el Desfile de las Mil Polleras, celebrado este sábado 16 de enero, en la ciudad de Las Tablas.

El evento que reúne a todas las expresiones folclóricas y culturales de Panamá inició a las 2:30 p.m. con un tamborito encabezado por el presidente de la República Juan Carlos Varela y la primera dama Lorena Castillo de Varela.

Carretas, carros alegóricos y miles de niños, niñas y adultos con sus mejores galas llenaron las principales calles de la ciudad de Las Tablas, al ritmo del tamborito y la murga.

El Desfile de las Mil Polleras no solo reunió al público nacional, sino a muchos extranjeros provenientes de diferentes partes del mundo, que vinieron a rendir tributo a uno de los trajes típicos más hermoso, lujoso y completo del mundo.

Igualmente, rindieron homenaje a las artesanas de todo el país, principalmente de la región de Azuero, cuna del folclor panameño.

Incluso TVN Media tuvo una completa y nutrida representación en este evento, con el objetivo de impulsar el amor por nuestras tradiciones.

Vestir la pollera, un orgullo

Desde tempranas horas de la madrugada de este sábado, las damas participantes en este importante evento comenzaron a prepararse para lucir sus mejores galas.

TVN-2.com acompañó a Didia Didibell Díaz Vargas, oriunda de Valle Rico de Las Tablas, que desde las 8:00 a.m. inició su sesión de maquillaje a cargo de Jhonathan Kharyn.

40 minutos después, Rodolfo Osorio empezó el proceso de peinar, colocar peinetas, tembleques, enjoyar y empollerar, un proceso que tomó casi dos horas.

Según Díaz Vargas, el amor por el traje típico panameño se remonta a los siete meses de nacida, cuando recibió su primera pollera, a la cual se sumaron otras obsequiadas por su madre.

Confesó que la que portó en el desfile fue un regalo de su mamá como parte de la celebración por sus 15 años.

“Tengo otras polleras de gala, que dependiendo de la ocasión también las uso”, acotó.

Esta tradición de empollerarse es heredada y compartida por varias generaciones de su familia.

Recalcó que vestir la pollera es un proceso largo, pero cada mujer tiene la satisfacción de que va a lucir bella.

“Para mí es un sentimiento muy bonito poder participar en el Desfile de Las Mil Polleras, donde podemos lucir el traje típico más lindo a nivel mundial”, añadió.

Para Díaz Vargas, es un honor portar el traje con todas sus prendas y tembleques.

El joyero de Díaz Vargas es propio, aunque en toda la familia se van pasando de generación en generación. Las abuelas heredan a las nietas, las primas prestan otras prendas y así va manteniéndose la tradición.

Consideró que la esencia de las tradiciones y costumbres de las familias, sobre todo las de origen santeño se mantienen.

Díaz Vargas indicó que lo mejor que pudieron hacer fue trasladar a Las Tablas el Desfile de Las Mil Polleras, porque en la capital, donde nació este evento no se sentía ese fervor como en la provincia de Los Santos.

“Muchas de mis polleras las han usado mis sobrinas y primas también, todo ha ido pasando de generación en generación y de darse la oportunidad de ser bendecida por Dios con una niña, ella heredará todo”, puntualizó.