Descubren un fresco en la pared del fondo de la Catedral Metropolitana

Un fresco que se calcula tiene más de 250 años de antigüedad ha sido descubierto detrás del retablo mayor de la Catedral Metropolitana durante los trabajos de restauración.

Hace poco menos de un año inició la fase de intervención del retablo mayor de la Catedral Metropolitana de la ciudad de Panamá, que se encuentra en proceso de restauración camino a su consagración el próximo enero de 2019 como basílica menor por el propio papa Francisco.

Para gran sorpresa de los expertos, entre ellos Sofía Lobo, maestra en conservación y restauración de la empresa portuguesa Dalmática, se encontró una pintura mural en la pared de fondo del templo, justo detrás del retablo.

Se trata de un fresco, una técnica muy utilizada en la época en la que la pintura se aplica sobre una superficie de cal y arena, pero no directamente sobre la pared. Durante la época de la conquista era común que los sitios de adoración se pintaran en la pared antes de dotarlos de retablos de madera.

En la pintura se observan colores amarillo y rojos, hechos de pigmentos naturales, y también hay trazos el negro, obtenido a partir del carbón.

Los expertos datan la pintura entre 1737 -1762, alrededor de 250 años. “Este intervalo de tiempo surge después de mucha investigación realizada y que nos ha permitido comprender que la pintura estuvo ahí entre la bendición del templo y se ha mantenido hasta la construcción del retablo mayor. Durante este periodo, sin retablo, la adoración de la catedral se representaba directamente en la pared de fondo, con estas pintura ahora descubiertas”, expresó Lobo.

El valor de este descubrimiento es incalculable, ya que es la primera expresión artística del edificio, llenas de historia y autenticidad.

Los trabajos para su conservación ya han iniciado. Los mismos estarán a cargo de Joaquim Caetano, quien tiene más de 30 años de experiencia e incluso ya integró equipos de intervención destacados por Unesco para monumentos clasificados.

Los técnicos empezaron por consolidar las bolsas de destacamento para que no se rompieran, y luego procedieron con la limpieza del polvo acumulado por siglos, para comprender mejor la composición de la pintura.

Todos los trabajos de intervención son desarrollados por expertos y bajo técnicas aprobadas por las escuelas de conservación y restauración europeas. Se acompaña el proceso con un registro fotográfico para documentar la intervención hasta su más mínimo detalle.

Al principio la pintura parecía muy sencilla, con elementos decorativos, como cortinas, volutas y follaje, explicaron los expertos.

Sin embargo, a medida que los técnicos fueron subiendo de nivel, llegando a la cornisa por detrás de la cúpula del retablo y empezaron la limpieza, encontraron trozos de pintura figurativas en las que se pueden ver manos, piernas, mantos, una cruz y otros indicios de figuración, que aún necesitan más estudio, para que puedan ser mejor comprendidos.

Lo que se sabe ya es que en el siglo XVIII (1701-1800) la catedral tenía en su pared principal, pintura mural en toda su dimensión con grandes figuras representadas.