La casa de García Márquez, una peregrinación a su recuerdo

El coordinador de la Casa Museo Gabriel García Márquez, Rafael Jiménez Padilla, en Aracataca, Colombia. / EFE
Efe
27 2018 - 13:39

En Aracataca está omnipresente su hijo ilustre, el premio Nobel Gabriel García Márquez, cuya Casa Museo es punto de peregrinación de amantes de su obra y de las nuevas generaciones que crecen a la sombra de sus historias.

Rescatada de las ruinas en la década de los 80, la casa de los abuelos, donde Gabo nació el 6 de marzo de 1927, fue reconstruida con base en estudios aprobados por el escritor y su familia, y en 1996 el Gobierno la declaró Monumento Nacional.

Desde 2010 la propiedad es administrada por la Universidad del Magdalena y hace parte del conjunto patrimonial que incluye también la Casa del Telegrafista, donde trabajó su padre Gabriel Eligio García; la Iglesia de San José, en la que fue bautizado Gabo, y la Estación del Tren, tan presente en su obra.

Recorrer la Casa Museo es dejarse llevar por las reminiscencias de su obra, en especial de "Cien años de soledad" y de sus memorias en "Vivir para contarla".

El visitante accede por el corredor de las begonias y a partir de allí se encuentra con las diferentes estancias, como el cuarto de los abuelos, la sala de recibo, el taller de platería, la sala de visitas, la cocina y su despensa, el comedor, el cuarto de Sara Emilia, el cuarto de hospital, la oficina del abuelo y el cuarto de los trastos.

En mitad del corredor está el cuarto de Gabo niño, una habitación sencilla, decorada con imágenes religiosas que parecen custodiar desde las paredes una cuna y una cama metálicas.

Fue en ese lugar donde, según la descripción de la habitación, "se grabaron las primeras sensaciones y emociones de su infancia: el afecto de su abuela, los olores de la casa, las voces de los seres queridos que lo rodeaban".

En la parte de atrás, después del patio, está el cuarto de los gajiros, como el de los indígenas Visitación y Cataure, dos hermanos que estaban a servicio de los Buendía en el Macondo de "Cien años de soledad".

"Aquí mantenemos todo con esfuerzo", dice a Efe el coordinador de la Casa Museo Gabriel García Márquez, Rafael Jiménez Padilla, quien destaca que la institución se financia con subvenciones oficiales porque la entrada es gratuita.

"Nosotros decimos que el único compromiso es que quieran y que lean a García Márquez; la gente entra y queda encantada", afirma.

Según sus datos, en 2016 la Casa Museo recibió cerca de 23,000 visitantes y el año pasado fueron casi 25,000. Entre los extranjeros, los visitantes más numerosos son los argentinos, seguidos de los mexicanos, españoles y chilenos.

"Es una buena cifra porque nos falta promoción de las entidades de turismo nacional", añade.

Fotografía fechada el 24 de enero de 2018, muestra a dos niños mientras caminan por la Casa Museo Gabriel García Márquez, en Aracataca, Colombia. / EFE

La imagen de Gabo y su obra están por todo el pueblo en murales y comercios, como el de un joven que en frente de la Casa Museo instaló una mesa con un mantel blanco decorado con mariposas amarillas y el nombre Macondo.

Sobre ella, ofrece libros y unas pocas artesanías. A su lado, Héctor, disfrazado de mimo, busca ganarse la vida vendiendo retratos pintados del nobel.

Sin embargo, a Aracataca, distante unos 100 kilómetros de Santa Marta, la capital regional, le faltan infraestructuras para el turismo pues no cuenta con un hotel apropiado y los restaurantes son escasos.

Una obra esperada es la nueva biblioteca pública Gabriel García Márquez, que tendrá una inversión de 520 millones de pesos (unos 185,000 dólares), según anunció esta semana la ministra de Cultura, Mariana Garcés, en una visita a Aracataca.

Temas relacionados

Si te lo perdiste
Lo último