Corona de Adviento: ¿Qué significa y para qué se usa en Navidad?

El Adviento, que marca el comienzo del calendario litúrgico cristiano, es un tiempo de preparación espiritual, reflexión y esperanza. Con raíces en antiguas tradiciones y un significado renovado por el cristianismo, la corona reúne a las familias en torno a una tradición que anticipa la Navidad, iluminando hogares con su mensaje de fe y amor.

El término Adviento proviene del latín adventus, que significa “venida” o “llegada”. En la antigua Roma, esta palabra se utilizaba para anunciar la llegada de un emperador o una figura importante. Sin embargo, en el cristianismo, representa la espera por el nacimiento de Jesucristo.

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Este año, el Adviento comienza el 1 de diciembre y se extiende hasta el 24, la víspera de Navidad. Durante este tiempo, los fieles centran sus esfuerzos en la oración, la penitencia y la preparación espiritual, recordando la promesa de salvación que trae el nacimiento del Niño Jesús.

La corona de Adviento es uno de los elementos más representativos de esta temporada. Se trata de un arreglo circular, generalmente hecho de ramas verdes como pino o abeto, decorado con cuatro velas que se encienden progresivamente durante los domingos del Adviento.

Significado de la corona de Adviento

• La forma circular: Representa la eternidad de Dios y la promesa de vida eterna.
• Las ramas verdes: Simbolizan la esperanza y la renovación que trae la venida de Cristo.
• Las velas: Tres de ellas son moradas, simbolizando la penitencia y la preparación, y una es rosa, encendida el tercer domingo como señal de alegría y gozo por la cercanía de la Navidad.

Según Aciprensa, los adornos adicionales, como cintas y piñas, reflejan el cariño y el amor de los fieles hacia Jesús, haciendo de esta tradición algo más que un acto decorativo. Aunque hoy la corona de Adviento es un símbolo cristiano, sus raíces se remontan a antiguas prácticas paganas en Europa. Durante el invierno, las comunidades encendían velas para adorar al dios Sol, esperando que regresara con luz y calor al acercarse la primavera.

Con la expansión del cristianismo, esta costumbre se transformó, dotando a la corona de un significado espiritual centrado en Cristo, la verdadera luz que ilumina el mundo.