La trágica historia de Rubén Aguirre y cómo pasó de la cima de la fama a la quiebra por amor
El Chavo del 8
El actor, conocido mundialmente por interpretar al entrañable “Profesor Jirafales” en El Chavo del 8, vivió una vida llena de aplausos y éxito durante la cúspide de su carrera.
Sin embargo, detrás del humor y la fama que lo convirtieron en una leyenda, el actor enfrentó una serie de tragedias personales que lo llevaron a perderlo todo. Su historia es un recordatorio de que incluso las estrellas más brillantes pueden sucumbir ante las adversidades de la vida.
El declive económico de Rubén Aguirre comenzó en 2007, cuando sufrió un grave accidente automovilístico mientras conducía hacia Los Mochis, Sinaloa. Iba acompañado de su esposa, Consuelo de los Reyes Medellín, cuando el vehículo que manejaba tuvo un fallo en los frenos y chocó contra un camión de pasajeros, según relató El Universal.
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Aunque Aguirre resultó con una lesión severa en la columna vertebral, su esposa llevó la peor parte del impacto, sufriendo múltiples fracturas, incluida una grave lesión en su pierna derecha. La recuperación de Consuelo exigió costosos tratamientos médicos y largas estadías en el hospital. Aguirre, decidido a cuidar de su esposa, comenzó a gastar sus ahorros para cubrir los gastos.
“Tenía guardado un pequeño capital, pero debido al choque me quedé en la calle”, confesó Aguirre en una entrevista pocos meses antes de su muerte.
A las deudas médicas del accidente se sumaron los problemas de salud del propio Rubén Aguirre. El actor fue diagnosticado con diabetes y cálculos renales, lo que lo obligó a abandonar los escenarios definitivamente. Sin ingresos fijos, sus finanzas se deterioraron rápidamente.
Durante años, Aguirre señaló a la Asociación Nacional de Actores (ANDA) por no brindarle el apoyo económico necesario para solventar sus gastos médicos. La organización, por su parte, aseguró que cumplió con sus obligaciones, pero las tensiones entre ambas partes nunca se resolvieron del todo.
Ante la imposibilidad de seguir pagando las cuentas médicas, Rubén Aguirredecidió abandonar el hospital donde recibía tratamiento, optando por pasar sus últimos días en su hogar, en Puerto Vallarta, Jalisco. Falleció el 17 de junio de 2016, a los 82 años, dejando a su esposa y a su familia profundamente afectadas. Consuelo de los Reyes lo acompañó en su dolor hasta el final, falleciendo dos años después, en 2018.
Aunque la serie El Chavo del 8 sigue siendo un fenómeno mundial que genera millones de dólares en ingresos, el reparto principal nunca recibió regalías significativas por las transmisiones. Aguirre reveló en entrevistas que al inicio ganaba apenas 35 dólares al mes por su papel en el programa, cifra que más tarde ascendió a unos 700 pesos mexicanos por episodio.
En contraste, algunos de sus compañeros como Roberto Gómez Bolaños (Chespirito) y Carlos Villagrán (Quico) amasaron fortunas estimadas entre 10 y 15 millones de dólares. Sin embargo, el caso de Aguirre pone de manifiesto las desigualdades y la falta de protección financiera para muchos artistas de su generación.
Pese a las adversidades, Rubén Aguirre dejó un legado imborrable en la cultura popular. Su papel como “El Profesor Jirafales” no solo lo convirtió en un ícono del humor latinoamericano, sino también en un símbolo de dedicación y sacrificio.
Su historia, marcada por el amor incondicional hacia su esposa y su lucha incansable frente a la adversidad, sigue conmoviendo a quienes lo admiraron en vida. Aunque su trayectoria estuvo llena de luces y sombras, el recuerdo de Rubén Aguirre perdura como el de un hombre que, más allá de la fama, dio todo por los suyos.